Una fuente cercana al Sistema Nacional de Seguridad Pública, que comanda Manuel Mondragón y Monte Alejandro Rubido, me confió que “los Cárteles en México se van a reacomodar con la captura de Joaquín Guzmán Loera. Ahora los meros jefes del narco en el país serán los Caballeros Templarios o el Cártel Nueva Generación de Jalisco”.
Y es lógico pensar que, por un tiempo, el Cártel de Sinaloa se muestre con un bajo perfil mientras que sus jefes internos deciden quien tomará el lugar de El Chapo Guzmán.
Aquí entra Ismael El Mayo Zambada, Juan José Espárragoza Moreno, el Azul; además de Dámaso López Jr, el llamado Mini Lic, ahijado de Joaquín Guzmán, líder de los jóvenes capos – hijos de los grandes de la mafia en México – conocidos como los Ántrax, pudieran ser entre ellos los nuevos líderes del grupo delincuencial de El Chapo Guzmán.
Mientras ellos se ponen de acuerdo de quienes lo lideran, tomarán fuerza los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación – conocidos como Los Mata Zetas–. Es decir aquí Servando Gómez y Nemesio (El Mencho) Oceguera tratarán de controlar el trasiego de las drogas de México a Estados Unidos y con eso ver de qué grupo serán los nuevos mandamases del narcotráfico.
El problema que pueden tener es que los Templarios y Nueva Generación traen una lucha entre ellos porque se han sabido pelear por el control de los estados de Michoacán, Jalisco, Guerrero, Colima y Estado de México.
Los Caballeros Templarios con influencia en Michoacán – sobre todo en Tierra Caliente – han hecho del negocio de la extorsión uno de los principales ingresos de este cártel con tintes religiosos. Lo que ha generado la aparición de las autodefensas en el estado que pelean por la paz en la región.
Los Caballeros Templarios aseguran que el Cártel de Jalisco Nueva Generación, es quien dota de recursos y de armas a las autodefensas para combatirlos con la idea de exterminarlos. Nadie ha dicho lo contrario al respecto, por lo cual es casi un hecho que la información de Servando Gómez, conocido como La Tuta, sea cierta y detrás de todos los que defienden sus tierras en Michoacán está este grupo antagónico.
Y repetimos que mientras esto pasa, de acuerdo, a lo dicho por el informante de las fuerzas federales, el Cártel de Sinaloa y los Zetas seguirán con el bajo perfil por la caída de sus líderes Joaquín Guzmán, Miguel Ángel Treviño Morales, el Z40 y la muerte de Heriberto Lazcano.
“Ni el Azul, el Mayo Zambada o el Mini Lic, tienen el perfil protagónico que utilizaba el Chapo. El Azul y el Mayo son capos viejos, pero saben el negocio de mantenerse detrás de alguien porque los dos estaban debajo de la jerarquía de Joaquín Guzmán. Mientras que Dámaso López, lo único bueno que tiene es su juventud (nació en 1988), pero precisamente esto podría ocasionarle problemas porque el muchacho es muy atrabancado y bravucón”, indicó el colaborador de las fuerzas federales de quien nos guardamos el anonimato porque operó cercano a la captura de Joaquín Guzmán y ahora anda en Michoacán buscando a los Caballeros Templarios.
Por lo informado, es de pensarse que quizá mantengan un cuerpo colegiado como jefes, los tres, del Cártel de Sinaloa, hasta que uno despunte y que muy probablemente será el joven Dámaso López.
Hay que recordar que Guzmán Loera, de 56 años, quien fue capturado la madrugada del 22 de febrero pasado por la Marina Armada mexicana en un condominio de apartamentos en la ciudad portuaria de Mazatlán (Sinaloa), cosechó poderosos enemigos durante su reinado en la cima del narcotráfico.
Y es que el Cártel de Sinaloa, el grupo criminal mejor organizado de todos, era el que comandaba el mayor trasiego de drogas a Estados Unidos, ellos tenían las mejores rutas, excepto la de Tijuana y Juárez, por donde los demás metían sus enervantes al vecino país del norte. Pero ahora con este asunto de Joaquín Guzmán, todo hace indicar que se reacomodarán las rutas del narcotráfico para los Cárteles de la droga de México.
Pero eso no es todo. El Cártel de Sinaloa, se verá sumergido en una ola de violencia que protagonizará el Mini Lic por el control de la organización.
El cartel se ha envejecido y necesita “sangre nueva” que garantice la continuidad del millonario negocio. Y uno de los perfilados es “el ahijado de El Chapo”.
Joaquín Guzmán, ordenó hace poco más de cinco años a su ahijado que conformará un grupo de trabajo para pelear primero contra la descendencia de los Arellano Félix en la ciudad fronteriza de Tijuana.
El muchacho, un junior de cepa – hijo de Dámaso López Núñez, el licenciado, que era el jefe de seguridad del Penal de Puente Grande, Jalisco, cuando se escapó El Chapo, quien según trasciende es el que hizo la logística de la huída del criminal el 19 de enero de 2001 –, conformó un brazo armado llamado primero las Fuerzas Especiales de Dámaso (FED), luego pasaron a llamarse los Ántrax.
Se sabe que son buenos negociadores, pero también altamente sanguinarios y es que el Mini Lic, se valió de la intimidación al decir que era ahijado de Joaquín Guzmán y con eso abrirse camino en el narcotráfico.
Los Ántrax no tienen más de 30 años sus integrantes. Así, con la complacencia de Joaquín Guzmán, quien le vio agallas a Dámaso López, lo nombró como operador financiero y el joven muchacho queriendo sorprender a su padrino se volvió en todo un sicario y erudito de los números en la organización.
En tanto se decide todo lo del control de las rutas del narcotráfico, La Tuta y los Caballeros Templarios quieren tomar la batuta, pero su lucha contra las autodefensas que son patrocinadas por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, con Nemesio Oceguera al frente, quien espera acabar con Servando Gómez y Nazario Moreno, de quienes se dice pronto caerán en la sierra michoacana, donde al parecer están escondidos, con lo que espera poder ser quien pelee al Cártel de Sinaloa el liderato del crimen organizado en México.
Otros cárteles de menor tamaño sólo lucharán por continuar con sus ganancias por llevar o traficar menores cantidades de droga en México. Allí está la Línea que opera en Ciudad Juárez, pero sin un líder fijo al ir cayendo sus principales cabezas como Vicente Carrillo Fuentes y Alberto Carrillo.
O el grupo de José Gerardo Álvarez Vázquez, alías el Indio, o Edgar Valdés Villarreal, alías La Barbie, que tienen el control de Acapulco, Morelos, el Estado de México y el Distrito Federal, junto con los hermanos Beltrán Leyva, que tampoco han hecho mucho ruido desde la detención y muerte de los hermanos Arturo y Héctor.
En fin, con la captura de Joaquín Guzmán Loera se moverán las piezas del ajedrez del narcotráfico en México para ver quien ahora será el capo de capos porque el Cártel de Sinaloa tiene a sus cabezas pero ni el Azul o el Mayo Zambada quieren ser los líderes y el Mini Lic, su propia juventud es su principal debilidad.
Es tiempo de otros cárteles, el problema es que sus peleas entre ellos no cesan. Aunque hay que ver quien saca provecho de la captura de El Chapo Guzmán. Los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación ya alzaron la mano y dijeron presente, sólo falta ver quien sale victorioso de su lucha que traen ambos bandos.