El hallazgo de la fosa clandestina conmocionó a la opinión pública y motivó una batalla de declaraciones entre autoridades estatales y municipales.
Pues al menos dos policías municipales estarían siendo investigados por su presunto vínculo con el grupo delictivo.
El fiscal general del estado, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, refirió que se tenían varias líneas de investigación abiertas.
“Por desgracia todos ellos (los policías) han huido. Tuvimos que hacer un cambio de personal operativo de la Fiscalía para que empezaran a dar resultados”, apuntó el fiscal.
Mientras que el alcalde de Tlajomulco, Ismael del Toro, contestó que “si hay un policía o dos, o quien esté involucrado en la delincuencia organizada, el municipio de Tlajomulco lo que solicita es que nos ayuden a hacer una limpieza general del municipio”.
Pero el fenómeno violento de las narcofosas se arrastra desde años anteriores.
En marzo del 2006, se encontraron otros seis cadáveres en cuatro fosas clandestinas en el municipio de Tlajomulco, las indagatorias culminaron en la detención de cinco presuntos miembros del grupo criminal de Los Zetas.
Las fosas clandestinas pusieron al descubierto que en Tlajomulco el fenómeno de los desaparecidos sigue latente.
En 2012 el Centro para la Justicia, la Paz y el Desarrollo (CEPAD) reveló que del 2006 al 2011 aproximadamente 205 personas habrían desaparecido en Tlajomulco.
La cifra se agrava según el informe del Cepad al considerar que el 35 por ciento de los desaparecidos eran jóvenes estudiantes. El 54 por ciento hombres y el 46 por ciento mujeres.
Fraccionamientos como Santa Fe y Chulavista son los sitios en donde se registran el mayor número de desapariciones.