La presunta existencia de las ‘casas de pique' en Buenaventura, donde las bandas criminales ‘la Empresa' y ‘los ‘Urabeños' estarían desmembrando a las víctimas, hizo que el propio presidente Juan Manuel Santos ordenara el jueves una intervención especial en el puerto.
El director de la Policía, el general Rodolfo Palomino, dijo que sus hombres están en la búsqueda de detectar en dónde están y que la crueldad de la violencia en el puerto se relaciona con una marcada influencia de la mafia mexicana.
¿Qué reporte tiene de las ‘casas de pique'?
Quien empezó a mencionarlas fue precisamente la Policía buscando aquellos sitios donde posiblemente se han cometido acciones delictivas. Esa investigación se inició en la persecución de alias el ‘Nene', que ya fue capturado y que está relacionado con el desmembramiento de víctimas. Eso nos llevó a buscar qué escenario pudo haber sido utilizado y si ocurrieron esos desmembramientos. Pero no es que existan ‘casas de pique'; las estamos buscando.
¿Quién es el ‘Nene' y cómo llega a la práctica de desmembrar a sus víctimas?
El ‘Nene' tiene una trayectoria delictiva de varios años, con una perversidad adicional y es que sirve a los intereses delictivos de ‘la Empresa' y ‘los Urabeños'. La práctica de desmembrar a las víctimas es influenciada por cárteles de México. Con estos crímenes no solo buscan eliminar a quien quieran, sino enviar un mensaje de amedrentamiento a quienes no están con ellos o los están confrontando.
¿Esa influencia se traduce en la presencia de miembros de los cárteles mexicanos?
Solo puedo hacer referencia a que puede haber influencia, no necesariamente que acá estén sujetos del cartel de Sinaloa o ‘los Zetas'; no tengo los argumentos.
¿Qué pasa en Buenaventura?
Desafortunadamente, allí se han enquistado unas economías criminales, y ha habido una confrontación de ‘la Empresa' con otras, incluso con las Farc. Pero con la Fiscalía hemos venido haciendo un trabajo importante. El año pasado capturamos a 146 miembros de bandas. Este año, en febrero, iban 39. Los delincuentes tienen que sentirse notificados de que no vamos a ceder en nuestro empeño de recuperar la tranquilidad.