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“Imposible decirle ‘NO’ a Los Templarios”, parte 2

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SUEÑOS DE NARCO

Dos policías federales permanecen apostados a la entrada del Palacio municipal de Tepalcatepec. De una cornisa del edificio pende una imagen de Guillermo Valencia. “Caballero Templario mayor”, pintó alguien con plumón negro. 

Como si problemas no le faltaran, han salido a flote documentos relacionados con supuestos desvíos de recursos durante su accidentada administración municipal. Hasta lo han acusado de pagar con recursos públicos la estatua de Juan Cervantes, un personaje del pueblo habituado al alcohol. La imagen existe: un tipo con gorra beisbolera brinda con un vaso hacia la eternidad. 

“Los documentos son apócrifos”, ataja Valencia y, de un fólder de cartoncillo color paja, extrae un legajo en que muestra como su salvoconducto, un dictamen de la Auditoría Superior de Michoacán que lo exonera de utilizar el erario con fines distintos a su programación. 

“Tengo 33 años de edad y más de la mitad de mi vida se la he dedicado a mi partido [el PRI]. Inicié con la campaña política de Víctor Manuel Tinoco Rubí cuando fue candidato a Gobernador [administró el periodo de 1996 a 2002]. Antes de eso fui presidente de la sociedad de alumnos de mi secundaria y en 1994 inicié mi carrera política en las filas del Frente Juvenil Revolucionario (FJR) pegando calcomanías, pintando bardas, colgando gallardetes. Lo que hace cualquier joven de 14 años en el PRI que no es hijo de algún político destacado o de un empresario poderoso y que llega a posiciones de dirigencia. Hay muchos casos como ese en Michoacán. 

“Fui dirigente del Frente Juvenil Revolucionario y Diputado local a los 23 años de edad, el más joven en la historia de Michoacán. Presidí el Congreso del estado. Fui candidato a Diputado federal por el PRI en Apatzingán, el distrito más complicado y que se perdía por más de 15 mil votos, el distrito del que nadie quería ser candidato y perdí por sólo 2 mil 700 votos y fue por primera vez que no fuimos en alianza con el Partido Verde. Tuve la desafortunada circunstancia de enfrentar a un líder criminal que fue candidato por el Partido Verde Ecologista, Saúl Solís Solís, El Lince, que fue detenido después. Enfrenté a un candidato que traía dinero a manos llenas obviamente producto del crimen organizado”. 

–¿Jefe de la Familia Michoacana en ese momento? 

–Así es. Fue un obstáculo muy grande para un servidor y mi votación se vio rebanada. Si la elección de Apatzingán hubiera sido en alianza con el Verde, como lo fue en otros distritos, yo hubiera ganado esa elección. Luego fui secretario general adjunto del PRI y, después, Presidente Municipal [el político muestra sus constancias de mayoría]. 

–No soy un improvisado. Toda mi vida viví en Morelia. Nací en 1980 en Tepalcatepec. Cuando yo tenía seis años de edad, mis padres se trasladaron a Morelia, porque mis hermanos mayores querían estudiar y en Tepalcatepec sólo hay estudios de nivel medio superior. 

“Fui candidato a Presidente Municipal de Tepalcatepec, por las circunstancias y porque el pueblo de Tepalcatepec así me lo pidió”. 

–¿La misma gente que luego le pediría que se fuera? –se le recuerda de su expulsión del municipio en mayo de 2013. Desde entonces pretende gobernar Tepalcatepec desde Morelia, capital del estado, a cuatro horas de camino. 

–No, no, no. Yo llegué a la Presidencia Municipal en contra de la voluntad del presidente del PRI, Uriel Farías Álvarez, alias El Paisa. Él tenía su precandidato, Ramón del Val Díaz, quien era su alfil. Yo le gané la elección interna y eso no me lo perdonan. Luego el grupo de Uriel Farías se fue a apoyar al candidato del Partido de la Revolución Democrática. 

–¿Es Uriel Farías un narcotraficante? 

–Hay quien lo dice y quien lo asegura. 

–¿Usted lo sabe? 

–Yo nunca lo he visto traficar. 

–¿Qué acto ilegal lo ha visto cometer? 

–Portar armas, para empezar. Hacerse justicia por propia mano. El combate a los grupos delictivos es competencia del Estado y lo hizo él. 

–¿Es un miembro del Cártel Jalisco Nuevo Generación? 

–Yo nací en Tepalcatepec, pero nunca había vivido ahí. Yo conocía al señor de vista y no puedo decir si es o no un criminal, porque sería igual de irresponsable que quien me acusa a mí sin pruebas. La gente dice que lo es y no tanto él, sino su hermano, José Manuel Farías Álvarez, El Abuelo, que tiene una gran cantidad de investigaciones. También debo decir que en Michoacán la presunción de inocencia y la honorabilidad no valen nada. Cualquiera acusa, todos son Templarios menos el que acusa. 

–¿Y por qué le hizo un monumento al borracho Juan? 

–Yo no se lo hice. Ese monumento lo hicieron mucho tiempo después de que yo salí de Tepalcatepec amenazado. Era muy difícil que yo tomara una decisión, porque los grupos de autodefensa son la autoridad ahí. Algunas personas de las autodefensas, entre ellos el llamado Comandante Quiro, se cooperaron para hacer el monumento y hasta una fiesta con mariachi hicieron fuera de la vinatería. Es un monumento a Juan Cervantes, distinguido autodefensa. 

–¿Era borracho? 

–Es. Es un personaje muy querido de Tepalcatepec. Se distingue porque toma todos los días y a quien llega a verlo lo invita a departir con él. –¿Usted tomó alguna cerveza con él? 

–Varias veces y no cerveza, porque él toma puro coñac. 

–¿A usted le gusta el coñac? 

–Y el wiski, el brandy… Soy estándar. 

–¿Le gusta el tequila? 

–El mezcal. 

–¿Y la marihuana? 

–¡No! Ni me gusta el tabaco. 

–¿Qué tan verde crece en Tepalcatepec? 

–Pues dicen que crece muy verde desde hace muchos años. Tepalcatepec se ha distinguido, desde hace décadas, porque ahí han sentado sus reales los narcotraficantes. Te voy a platicar que cuando yo era chico, cuando tenía cinco años, yo quería ser narcotraficante. Yo veía a los narcotraficantes que tenían las mejores camionetas, las mejores casas, las mujeres más bonitas y uno crecía con la onda esa de querer ser como ellos. Esa fue una de las cosas que orillaron a mi padre a dejar Tepalcatepec para alejarnos de esa pretensión que yo traía de chiquillo. 

–¿Quiénes eran los narcos de entonces? 

–Los que traían las mejores camionetas y tenían las mejores casas desde entonces eran los Farías. 

–¿Usted quería ser como los Farías?

 –… Erróneamente, de niño… 

–Dicen que infancia es destino. 

–Jamás seré narcotraficante. Nunca acaban bien, acaban en la cárcel o muertos. Ve como acabó El Chayo. 

–¿Sí le rezaba la gente al Chayo o fue un asunto propagandístico? 

–Creo que sus fanáticos sí, pero la gente no. La gente en Tepalcatepec es tan humilde y a veces hay tanta ignorancia por la falta de espacios educativos que quizá gente muy humilde lo hizo. 

–¿Apoyaban los Templarios a la gente de Tepalcatepec? 

–Los Templarios no. Esos nomás exprimían a la gente. 

–¿Y de qué platica Juan en la borrachera? 

–De mujeres: las de Tepalcatepec son las más guapas de Michoacán y vaya que las michoacanas son hermosas. 

LOS GOBERNADORES

–¿Empezó la descomposición del estado con Tinoco Rubí? 

–Michoacán era uno de los estados más seguros del país. Vicente Fox Quesada estuvo en 2001 y le hizo un reconocimiento público por ser uno de los tres estados más seguros junto con Tlaxcala y Yucatán. La situación se descompuso en cuestión de semanas, en el cambio de gobierno. Apenas le entregaron la estafeta al Gobernador Lázaro Cárdenas Batel [2002-2008] y comenzaron los asesinatos en las principales avenidas de Morelia a plena luz del día. 

–¿Es sabido que Lázaro Cárdenas pactó con los narcotraficantes michoacanos? 

–Eso yo no lo sé. No me consta (…) Simplemente es muy sospechoso cómo tan rápido y tan profundamente se vulneraron instituciones como la Procuraduría de Justicia o la Secretaría de Seguridad Pública. Se dejó de combatir el secuestro y el asesinato y el gobierno comenzó a lavarse las manos responsabilizando al gobierno federal, cuando ambos delitos fueron del fuero común. 

–Podría decir alguien del estado que la seguridad, en su etapa preventiva, es responsabilidad del municipio –se le alude. 

–Un Presidente municipal no está facultado para combatir ni siquiera un homicidio. Estamos capacitados para ir por borrachitos, para resolver pleitos vecinales. 

–¿Y Leonel Godoy? 

–Creo que a estas alturas no estamos para echarnos culpas, sino para encontrar soluciones. Lo que no está bien es que personas como Leonel Godoy o Felipe Calderón, que no tienen calidad moral para criticar, lo estén haciendo. Lo que nos toca es resolver a todos el problema. –¿Y se puede sin que existan responsabilidades políticas? 

–Pues… creo que, por ejemplo, Leonel Godoy fue señalado de endeudar al estado con miles de millones de pesos sin que quedara claro en qué… La impunidad está a todo lo que da. 

–¿Debió dejar el gobierno Fausto Vallejo ante su enfermedad [fue trasplantado del hígado]? 

–Esa es una decisión personal. 

–Me refiero a que no gobernaba –se le insiste. 

–Me reservo esa respuesta para que no piense que es personal. De por sí no me quiere. Es un asunto de tiempo atrás. Detrás de él hay jóvenes que les gusta la política y él apadrina a muchos de ellos, junior, niñosaurios que me ven como un obstáculo y ahora me ven como un obstáculo y ahora ven una oportunidad de afectarme. Y le gané a una sobrina suya una elección en la secundaria. 

–¿Es un pleito de secundaria? 

–Es un pleito de mucho tiempo. Yo llegué al Frente Juvenil Revolucionario contra la opinión de Fausto Vallejo y de Jesús Reyna. Contra todo. 

–¿Hizo mal las cosas Fausto Vallejo en toda esta situación del crimen organizado? 

–Tenía problemas de salud y no estaba enfocado al 100% a resolver un problema heredado de instituciones vulneradas y criminales que se sentían por encima del Estado. 

–Son múltiples las versiones de convivencia de Fausto Vallejo y Jesús Reyna con los líderes Templarios. 

–¿Es que cómo saber quién es un Caballero Templario? –cuestiona Guillermo Valencia. 

–¿En qué lugar hay una lista de quiénes son? Pude estudiar en la facultad con una persona que a la vuelta de los años se hizo Templario. 

–Bueno, usted se apellida Valencia –en relación al Cártel de Los Valencia o del Milenio, precedente del Cártel Jalisco Nueva Generación. 

–No tengo nada que ver con los narcotraficantes. Ninguno de mis familiares lo es. Antes se decía que en cada familia había un cura y un maestro, pero luego se hizo frecuente ver que a quien saludabas como una persona de bien estaba emparentado con alguien en el crimen organizado, aunque la otra persona no tuviera que ver con ningún delito. Ya no se sabe. Ahora, existe una terrible doble moral en la sociedad michoacana: la gente se queja de los grupos delincuenciales, pero llena, abarrota los conciertos de los grupos que cantan narcocorridos. 

–Existen versiones de que Fausto Vallejo y Jesús Reyna se reunieron con La Tuta y El Chayo, que sin duda son Templarios. 

–No lo creo, no lo creo. Ahora, hay que ver cuántos políticos fueron [a verlos] por sus ganas y cuántos fueron obligados. Y es una gran diferencia si simplemente los llevaron a una reunión o efectivamente acordaron algo. Toda esta guerra sucia la inició Luisa María Calderón, quien se encargó de propagar todos esos rumores del Gobernador Vallejo, que me cae gordo, y no tengo por qué andarlo defendiendo, pero no creo que sea cierto, porque Luisa María Calderón sólo se dedica a envenenar. Lo que no pudieron resolver desde el gobierno ahora lo quieren criticar desde la oposición. 

–Servando Gómez Martínez dijo haberse reunido con ella. 

–A mí no me gustaría darle crédito a lo que diga un criminal. La Tuta es un criminal, es un delincuente. 

–Algo ha de saber. 

–Puede ser. 

–¿Qué opina del silencio de Lázaro Cárdenas y de Leonel Godoy? 

–Dicen que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta. A lo mejor por eso están callados. 

–Usted tiene la lengua larga. 

–Y tengo la cola corta. Nunca he hecho nada por mi voluntad. Soy víctima, pero, nuevamente, denuncias y qué pasa.

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