Los narcotúneles construidos por criminales mexicanos exhiben cada vez un mayor grado de ingeniería.
Inversiones más grandes
Más sofisticados, profundos y con un mayor grado de ingeniería: así son los nuevos túneles que construyen los carteles narcotraficantes en la frontera de México con Estados Unidos, en su búsqueda de no ser detectados por las autoridades.
“Los túneles que han sido detectados exhiben un alto grado de ingeniería y técnicas de construcción”
Desde noviembre, los nuevos pasadizos hallados por las autoridades muestran además que su ubicación es planeada estratégicamente, además de que los materiales con los que son construidos también contribuyen a que no sean hallados por equipos de alta tecnología.
Autoridades de EE.UU. encontraron el pasadizo utilizado para contrabando de marihuana desde Tijuana a San Diego.
“En el último año, pero especialmente de noviembre a la fecha, los túneles que han sido detectados exhiben un alto grado de ingeniería y técnicas de construcción; de hecho son más profundos, largos, con mejores materiales que los empleados en los años anteriores. Por ello, seguimos trabajando. Se requieren nuevos métodos”,
El Departamento de Defensa de EU brinda apoyo a otras autoridades para detectar narcotúneles en propiedades, además de que ayudan a detonarlos una vez descubiertos, para que queden inutilizables.
Un análisis del Departamento de Defensa señala que los nuevos narcotúneles están siendo construidos con paredes reforzadas de concreto, pisos de cemento, cuentan con comodidades como aire acondicionado, líneas telefónicas, luz eléctrica, equipos de vídeo vigilancia y hasta áreas de descanso con agua, refrigeradores y escondites para armas. Tienen también las provisiones necesarias para que quienes los utilizan puedan permanecer varios días refugiados allí.
Trasladaban la droga de México a los Estados Unidos
“Mientras que los túneles transfronterizos del norte y sur de México son construidos y utilizados por los carteles de las drogas para cruzar inmigrantes, contrabando y drogas a través de la frontera suroeste, en propiedades de los narcotraficantes se usan como refugios, para prácticas de tiro y como red intrincada para huir.
En la construcción de estos túneles clandestinos se utilizan bloqueadores de señal, concreto reforzado y mallas con arcilla con la intención de que los robots que utilizan las autoridades estadounidenses no los encuentren.
De acuerdo con el Pentágono, hay tres elementos que impiden que los túneles en la frontera sean detectados: el ruido propio de las ciudades, la gran profundidad a la que se construyen y la arcilla del terreno, que previene la penetración de sensores, en especial en la zona de San Diego y Nogales.
Por medio de este túnel se transportaría droga y pasarían indocumentados a Estados Unidos.
La información del Pentágono detalla que las agencias de seguridad de EU han analizado estas construcciones, y descubrieron que en su mayoría están siendo construidas por ingenieros, arquitectos y albañiles bajo las órdenes de criminales, que les pagan mucho más de lo que podrían obtener por una obra realizada de manera legal en Estados Unidos.
Mientras que los túneles construidos entre 2009 y 2011 fueron valuados en un millón de dólares, los de la actualidad superan fácilmente los tres millones, según información del Comando Norte, que proporciona tecnología a las autoridades de EEUU para detectar estas construcciones clandestinas.