Con el apoyo de la pandilla Barrio Azteca, la organización narcotraficante “La Línea” monopoliza el cruce de indocumentados a Estados Unidos por el área de Juárez y El Paso, según corroboran testimonios con “polleros”, migrantes y autoridades.
Los entrevistados coinciden que es tanto el poder del narcotráfico sobre los traficantes de humanos en la región, que les cobran una “cuota” de 100 dólares por cada persona que internen a territorio estadounidense.
La ola de violencia que azotó al estado de Chihuahua desde finales de 2007 trajo cambios importantes en las estructuras de los traficantes de personas en Juárez.
Desde entonces, “La Línea”, brazo operativo del Cártel de los Carrillo Fuentes, se ha apoyado en el Barrio Azteca hasta lograr un control total del negocio.
“Ricky”, como se identifica uno de los traficantes de personas que operaban en la colonia Felipe Ángeles, afirma que desde hace tres años ha tenido que dejar esta actividad.
“Ya no costea. Los de ‘La Línea’ ya son dueños del negocio y por cada persona te piden 100 dólares. Es mucha feria, porque yo les pido el dinero a los que cruzo mitad aquí y mitad allá, pero éstos no respetan”, explica.
“Ricky” agrega que debido a los controles de seguridad de Estados Unidos, cada vez más férreos, llevar indocumentados al otro lado de la frontera es más difícil.
“Ahorita ya están tapando con el muro el pedazo por donde cruzábamos, eso ya lo pone más difícil. Entonces hay que cuidarse de los malandros que quieren cuota y de los gringos. Ya no se puede jalar, la verdad”, comenta.
Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Juárez, de 2010 a la fecha han sido detenidos 35 “polleros” en el lado mexicano de la frontera.
Un miembro del “Grupo Beta” –un servicio de la Secretaría de Gobernación mexicana que apoya a los indocumentados en situaciones de riesgo antes de cruzar a EU–, confirmó el testimonio de “Ricky”.
“Aquí todo esto está controlado por ‘La Línea’. Ya no cruzan ‘polleros’ que no se reporten con ellos. Hemos visto cómo los han golpeado e incluso les han dado balazos en las piernas o los pies por no haberse reportado”, comentó el hombre quien pidió que su nombre no fuera publicado.
El patrullero afirmó que este fenómeno se hizo presente desde inicios de 2008, cuando los cárteles de Sinaloa y de los Carrillo Fuentes se disputaban la frontera de Juárez-El Paso para el trasiego de drogas a Estados Unidos.
“Según lo que yo he visto y que me cuentan los indocumentados, este negocio es de ‘La Línea’”, agregó.
Esta situación ha hecho que los inmigrantes se encuentren temerosos de cruzar la frontera por esta región. “Óscar”, un menor de 17 años que fue deportado a Juárez apenas el mes pasado, asegura que no volverá a intentar ingresar de manera ilegal a Estados Unidos.
“La primera vez que me iban a llevar para allá, a los nueve años, el ‘pollero’ llegó a casa de mi abuelita por mí y cuando ella le dio el dinero, 800 dólares, se arrancó y se fue. Luego pagamos otros 800 dólares y el ‘pollero’ me dejó ahí en una calle ya en El Paso y me agarraron y me deportaron”, contó “Óscar”, respecto a su travesía como indocumentado.
“Ya no me vuelvo a arriesgar, la verdad sí me da miedo. Mis papás están allá y quieren que me vaya otra vez, pero yo ya no quiero, me asustan los ‘polleros’ y luego qué tal si no cumple, como los últimos”, dijo el menor oriundo de la Ciudad de Chihuahua.