SALTILLO, Coah.- La Procuraduría General de la República (PGR) fue notificada de la masacre ocurrida en el municipio de Allende, pero ignoró la alerta de la administración estatal, aseguró el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira.
“Cuando llegamos inmediatamente iniciamos una averiguación previa, pero también nos percatamos de que ya la pasada administración (de Coahuila) había dado vista de estos ilícitos que se estaban cometiendo”, precisó Moreira.
“Necesitamos hacer justicia. Si hay responsabilidad en funcionarios federales de la pasada administración, será la justicia quien lo determine”, agregó.
Rubén Moreira fue cuestionado sobre si se investigará a funcionarios federales dentro de las indagatorias que se celebran en la entidad, según reportó el diario local Vanguardia.
“No soy quién para hacer un pronunciamiento de este tipo”, respondió el mandatario de Coahuila.
El mandatario dijo que la pasada administración federal supo de la llamada “masacre de Allende”, ocurrida durante el primer trimestre de 2011, cuando se registró la desaparición de alrededor de 300 personas en dicho municipio.
El miércoles pasado Jesús Torres Charles, exfiscal de Coahuila, declaró que en 2011 las autoridades estatales iniciaron averiguaciones previas del caso y entregaron un desglose a la Procuraduría General de la República.
El exfuncionario dijo que entonces se identificó plenamente a quienes realizaron esos crímenes como miembros del grupo “Los Zetas” y que toda la información al respecto se encuentra en los archivos de la Fiscalía General estatal.
“Al respecto, el gobernador dijo que él cumplió con su obligación de retomar las averiguaciones y de buscar a los desaparecidos de Allende”, precisó el texto del diario local.
La masacre de Allende derivó de una venganza de Miguel Ángel Treviño, uno de los principales líderes de la organización, contra dos de sus socios que denunciaron ante las autoridades estadunidenses el tráfico de narcóticos que realizaban “Los Zetas” por la frontera de Piedras Negras.
Uno de los socios fue identificado como Héctor Moreno Villanueva, junto con su allegado José Luis Garza Gaytán, quienes huyeron a Estados Unidos cuando fueron descubiertos.
La tarde del 18 de marzo de 2011 arribaron al poblado de Allende alrededor de 40 camionetas con hombres encapuchados y fuertemente armados que habían viajado desde Tamaulipas, buscando a las familias de apellidos Moreno y Garza Gaytán.
La barbarie ocurrió entre marzo y mayo, ya que los sicarios estuvieron “levantado” a decenas de personas que tuviera alguno de esos apellidos, además de sus amigos e incluso a sus empleados, a quienes se llevaron para desaparecer sus cuerpos en “narco cocinas”.
También destruyeron con maquinaria pesada 40 residencias y siete ranchos en busca del dinero robado por sus socios a Treviño y también un libro de contabilidad donde Héctor Moreno anotaba los negocios y el dinero que lavaba a quien fuera su socio.
Las víctimas de la masacre de Allende rondan las 300 personas, según cifras brindadas por Luis Reynaldo Tapia, actual alcalde de ese municipio.
A esa cantidad se suman unas 100 víctimas más , debido a que Treviño también ordenó una limpia de su organización en todo el norte del estado, y la mayoría de esos cadáveres fueron incinerados en una “narco cocina” que operaba en el interior del Cereso de Piedras Negras.
Los militares arribaron a Allende y la región norte de Coahuila, un mes después de que se habían ido los sicarios de “Los Zetas” que llegaron de Tamaulipas.