Asoladas por la narcoviolencia, más de 250 personas abandonaron tres comunidades de la parte serrana del municipio de San Miguel Totolapan para salvar su vida y se refugiaron en la cabecera del municipio vecino de Ajuchitlán del Progreso.
Los desplazados provienen de las comunidades de Pericotepec, El Barroso y Santa María Sur, según reportes oficiales consultados por Apro.
El éxodo, en su mayoría de mujeres y niños, arribó cerca de la medianoche de este viernes al poblado de Ajuchitlán, en la parte baja de la región de Tierra Caliente.
De inmediato las autoridades municipales habilitaron como albergue temporal el parque central, donde pernoctaron 253 personas que abandonaron las tres comunidades de la sierra y quedaron resguardadas por soldados del 41 batallón de Infantería.
Los habitantes de El Barroso y Santa María Sur, que representan el grueso de las víctimas, se quedaron en la cabecera de Ajuchitlán, mientras que los de Pericotepec se trasladaron a Ciudad Altamirano, municipio de Pungarabato, señalaron autoridades de la zona.
Los militares, que se encuentran destacamentados en el municipio de Teloloapan y Arcelia, subieron a la Sierra porque recibieron el reporte de un enfrentamiento armado en las inmediaciones de la comunidad de Linda Vista, municipio de San miguel Totolapan.
A su paso por la agreste zona, donde es evidente la ausencia plena de autoridad, los soldados fueron abordados por pobladores que pidieron ayuda para abandonar sus comunidades.
Ello debido a que los campesinos se encuentran en medio de una “brutal contratación” entre dos grupos criminales que disputan esta emblemática zona de producción de enervantes en la entidad, refieren los informes oficiales.
Actualmente la parte serrana del municipio de San Miguel Totolapan es disputada por sicarios al servicio del grupo delictivo La Familia y pobladores del lugar que se asumen como extensión del Cartel Jalisco Nueva Generación, informó una fuente oficial.
Desde el año pasado, esta batalla por el control de las zona de producción y rutas de trasiego de drogas que no cesa, ha dejado más de dos mil desplazados en municipios como Heliodoro Castillo, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso; Arcelia; Apaxtla de Castrejón, Cuetzala y Teloloapan donde existen decenas de pueblos fantasmas.
El tema de los desplazados por la narcoviolencia ha sido minimizado por el gobierno de Ángel Aguirre Rivero, a pesar de que a la fecha se siguen registrando casos donde campesinos abandonan todo por la falta de garantías para sobrevivir ante la ausencia de autoridad en esta franja de la entidad controlada por la delincuencia.
Incluso, las autoridades tienen conocimiento de que en el crucero de la comunidad de Villa Nicolás, perteneciente al municipio de Ajuchitlán del progreso, los grupos en disputa permanecen frente a frente en este punto que conecta con la Sierra Madre del sur y los municipios de Tlapehula y Coyuca de Catalán.
No obstante, las bandas criminales operan impunemente y disputan a sangre y fuego este corredor para asegurar el control del paso de la droga que se transporta hacia el Estado de México por la región de Tierra Caliente y la zona norte de Guerrero, indicaron las mismas fuentes.