La mayoría ha muerto en Tamaulipas
En lo que va del sexenio 63 militares han perdido la vida en operaciones contra la delincuencia organizada, y de éstos más de la mitad murieron por disparo de arma de fuego durante enfrentamientos con grupos criminales.
Así lo revela el documento Relación de Personal Fallecido en la Aplicación de la Campaña Permanente contra el Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos del 1 de diciembre de 2006 al 16 de junio de 2014, elaborado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El reporte indica que en este periodo perecieron en total 421 integrantes de las fuerzas armadas en el contexto de la lucha antinarco.
Durante la actual administración, 37 elementos del Ejército y Fuerza Aérea murieron en choques armados con sicarios del narcotráfico y de la delincuencia organizada, la mayoría en Tamaulipas (12), Jalisco (6) y Michoacán (5).
Le siguieron Guerrero (4), Sinaloa (3), Durango (2), Chihuahua (2), Estado de México (1), Baja California (1) y Durango (1).
De los militares que cayeron en cumplimiento de su deber, 19 pertenecían al arma de Infantería; siete a la Policía Militar; cuatro a la Caballería; tres estaban asignados al servicio de conductor; dos a transmisiones; uno al servicio de Sanidad y uno al arma de Fusileros Paracaidistas.
Las víctimas estaban asignadas a las unidades de Fuerzas Especiales; Batallón de Policía Militar; Batallón de Infantería; Regimiento de Caballería Motorizada y Compañía de Infantería no encuadrada.
Murieron 32 soldados, 17 cabos, nueve sargentos primero y segundo, dos tenientes, dos capitanes y un subteniente.
En la campaña permanente contra el narcotráfico y la delincuencia organizada emprendida en esta administración, han fallecido otros 26 efectivos castrenses: 22 en accidentes automovilísticos, dos por caída, uno atropellado y otro ahogado.
Otro factor
Mandos de la Sedena dijeron que un factor que podría aumentar el riesgo para los integrantes de las fuerzas armadas durante sus misiones, es el hecho de que en este sexenio se han privilegiado los patrullajes y operativos en horas de oscuridad con el propósito de reducir riesgos para la población civil ante posibles choques armados.
Tal es el caso del patrullaje que se realizó a las 5:30 horas de la madrugada del lunes en Tlatlaya, Estado de México, donde personal militar repelió una agresión en la que murieron 22 personas, quienes, según autoridades del gabinete de seguridad nacional, eran integrantes de células de La familia michoacana que decidieron operar por su cuenta y no aliarse con la escisión de Los caballeros templarios.
Sin embargo, los militares destacaron que el adiestramiento, la disciplina, el espíritu de cuerpo, las tareas de inteligencia, el respeto irrestricto a los derechos humanos y la correcta aplicación del Manual de Uso de la Fuerza para el Ejército, Marina y Fuerza Aérea, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 30 de mayo de 2014, les permiten superar los retos que tratan de imponer miembros de la delincuencia organizada. "Nosotros, siempre privilegiaremos la vida e integridad de la población civil sobre la propia", comentaron.
El reporte de personal de la Sedena fallecido en el combate a las organizaciones criminales, indica que durante la pasada administración se registró el mayor número de bajas, pues 358 elementos del Ejército y Fuerza Aérea cayeron en cumplimiento de su deber.
Detalla que en la gestión de Felipe Calderón, 170 militares murieron durante enfrentamientos armados y 31 fueron asesinados, algunos tras haber sido secuestrados cuando se encontraban fuera de servicio. El resto pereció por diversas causas como accidentes aéreos y automovilísticos, por descargas eléctricas, caídas, ahogados o "golpe de calor".