La incontenible demanda de drogas por los estadunidenses contribuye a consolidar al Cártel de Sinaloa como el mayor proveedor de metanfetaminas y heroína en ese mercado y, de paso, como la organización criminal más poderosa de México.
“Estados Unidos sigue teniendo un gran apetito por los estimulantes, por eso los mexicanos han incrementado sus sistemas de distribución y transporte de metanfetaminas y heroína”, dice un alto funcionario de la oficina regional de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, en Phoenix, Arizona.
Con el respaldo de las estadísticas oficiales de incautaciones de drogas sintéticas y heroína que ha realizado la agencia en años recientes, el entrevistado admite, sin titubear, que su gobierno carece de capacidad para vigilar toda la frontera sur de Arizona, la franja de la cual prácticamente se adueñó el Cártel de Sinaloa, comandado por Ismael Zambada García, El Mayo.
“La frontera de Arizona (con México) es una vasta y difícil área de patrullar y de vigilar: mide 626.03 kilómetros –apunta, tras advertir que aceptó hablar a condición de no identificarlo por su nombre ni por su cargo–. No importa a cuántos agentes de la Patrulla Fronteriza pongas a vigilar esa frontera; por su orografía es imposible tener un control absoluto y el Cártel de Sinaloa siempre ha controlado este corredor fronterizo”.
Con un desierto que es una trampa mortal para quienes se atreven a cruzarlo sin agua ni alimentos y sin conocer el terreno, la franja limítrofe es un inmenso terreno montañoso que sólo El Mayo Zambada y su gente cruzan impunemente para cubrir la demanda de narcóticos en Estados Unidos.
También por ese tramo de frontera se intercambia el 70% de los productos legales en ambas direcciones, sobre todo por el puerto de Nogales, Arizona, y el de Nogales, Sonora. No obstante, la orografía impide desarrollar infraestructura para que también transiten por ahí mercancías legales y personas con documentos en regla.
La principal dificultad para las autoridades de Estados Unidos es la mayor ventaja de los narcotraficantes: a unos 257 kilómetros al norte del límite entre las dos Nogales se encuentra Phoenix. Explica el funcionario de la DEA:
“Mucha gente no entiende la importancia que tiene para el narcotráfico Phoenix y en general el estado de Arizona, desconocen lo que realmente pasa aquí. Phoenix es el centro de distribución de drogas del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos. Aquí es a donde mandan primero sus productos”.
Con aproximadamente 5 millones de pobladores, Phoenix es la quinta ciudad de su país, y la primera parada de los narcóticos que mete el Cártel de Sinaloa para después distribuirla.