Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, y Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, encarcelados en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, hicieron un frente común y la semana pasada le mostraron su fuerza al gobierno federal: organizaron a casi mil internos, de cinco módulos de la prisión, para iniciar una huelga de hambre en protesta por presuntas violaciones a sus derechos.
Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, y Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, encarcelados en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, hicieron un frente común y la semana pasada le mostraron su fuerza al gobierno federal: organizaron a casi mil internos, de cinco módulos de la prisión, para iniciar una huelga de hambre en protesta por presuntas violaciones a sus derechos.
Según información revelada a Proceso desde el interior del penal y confirmada por abogados de algunos reclusos, la huelga de hambre, encabezada por “El Chapo” y “La Barbie” –que fue socio de Guzmán Loera en la llamada Federación y después su enemigo, como lugarteniente de los Beltrán Leyva– comenzó el miércoles 16 y se mantendrá “hasta nuevo aviso”.
Los presos se quejan de que en el penal –cuyo director general es Valentín Cárdenas Lerma– no se les permite acceder a la tienda en la cual sus familiares hacen depósitos para que ellos adquieran artículos de higiene personal.
Presuntamente tampoco se les da atención médica apropiada ni medicamentos. Además, el fin de semana previo a la huelga de hambre, más de 20 internos se intoxicaron por consumir pollo echado a perder, dice a este semanario Martha Gema Pérez Gorostieta, abogada de George Khoury, uno de los ayunantes del módulo 5.
Otro de los supuestos motivos de la protesta es que no se lavan con regularidad sus uniformes, no se les proporciona ropa interior y no se respeta el tiempo de la visita familiar ni de las llamadas telefónicas a las cuales tienen derecho.
Además de “El Chapo” y “La Barbie”, en El Altiplano están otros narcotraficantes. Del cártel de Sinaloa: Mario Núñez, “M-10”; Javier Torres Félix, “JT”, y Miguel Ángel Félix Gallardo. De Los Zetas: Jaime González, “Hummer”; Iván Velázquez, “Z-50”; Sigifredo Nájera, “Canicón”, y Salvador Martínez Escobedo, “Ardilla”, entre otros.
Del cártel de los Beltrán Leyva están Gerardo Álvarez, “Indio”; José Jorge Balderas Garza, “JJ”, y Carlos Beltrán Leyva. Del Cártel de Juárez: Ramón Alcides Magaña, “Metro”. Además están recluidos secuestradores como Daniel Arizmendi, el “Mochaorejas”.
EL PRESO 3578
Pese a que su uniforme, su calzado y su corte de pelo son como los del resto de los convictos del Centro Federal de Readaptación Social número 1, el preso número 3578 no es uno más. Es Joaquín Guzmán Loera, líder del cártel de Sinaloa, junto con Ismael “El Mayo” Zambada García.
Tras su regreso al Altiplano en febrero último, la seguridad externa del penal se reforzó. Kilómetros antes de la entrada al perímetro del penal se colocaron dos retenes, uno militar y otro de la Policía Federal (PF).
Guzmán Loera se encuentra aislado del resto de la población penitenciaria, en una celda del área de Tratamientos Especiales, donde se recluye a los presos de mayor peligrosidad y que podrían vulnerar la estabilidad y seguridad del penal.
Dicha zona está apartada del resto de los módulos del complejo penitenciario, supuestamente para evitar que los detenidos tengan contacto con los demás internos, y es donde se aplica un dispositivo de seguridad mayor, lo que no le impidió al “Chapo” organizar la huelga de hambre masiva.
El personal del Altiplano o representantes del Poder Judicial que le han llevado notificaciones lo describen como un hombre muy educado, amable, nada prepotente, de buena complexión y un cutis bien cuidado.
LAS HUELGAS DE “LA BARBIE”
No es la primera vez que Guzmán y Valdez establecen acuerdos. Cuando “El Chapo” formó la llamada Federación a finales de 2001 –a la cual se sumaron narcotraficantes como “El Mayo” Zambada; Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”; Ignacio Coronel; Vicente Carrillo Fuentes y Arturo Beltrán Leyva–, “La Barbie” fue parte del acuerdo y participó en numerosas reuniones de esa agrupación criminal, según averiguaciones previas de la Procuraduría General de la República a las que la reportera ha tenido acceso.
En agosto de 2010, cuando la PF presentó a “La Barbie” ante los medios, el delincuente se veía robusto y sonriente; ahora, según testimonios de los abogados entrevistados, pesa alrededor de 17 kilos menos y dentro de la prisión se convirtió al cristianismo.
Desde su llegada al Altiplano, Valdez Villarreal también fue recluido en el área de Tratamientos Especiales y, por lo menos diez veces, se ha puesto en huelga de hambre en protesta, porque durante año y medio no le permitieron ver a su esposa. También se quejaba de la falta de limpieza de su entorno, de la mala alimentación y atención médica.
AYUNO
Aunque Guzmán y Valdez se encuentran en el área de mayor seguridad del penal y se supone que no pueden comunicarse entre ellos ni con otros presos, lograron organizar la huelga de hambre, a la cual se sumaron casi mil internos, más de la mitad de la población del penal.
Las reglas de Tratamientos Especiales disponen que todos los presos de este sector coman en sus celdas, no en el comedor. Desde el miércoles 16 “El Chapo” y “La Barbie” han rechazado los tres alimentos diarios que les llevan. Según la información recabada hasta el viernes 18, el ayuno continuaba.
En respuesta, las autoridades del penal repartieron a los huelguistas calcetines y ropa interior, y el director ha intentado dialogar con ellos. No lo ha logrado.
En entrevista, efectuada el viernes 18, Pérez Gorostieta explicó que el día de inicio de la huelga de hambre su cliente fue designado vocero del módulo 5 para hablar con Cárdenas.
“Están pidiendo que se les permita ingresar una televisión de 9 pulgadas, como lo permite el reglamento, que la tienda se aumente a mil 300 pesos, al igual que el Cefereso de Matamoros. La entrada de la visita es muy lenta y no les dan el tiempo completo; entonces, que la entrada sea ágil y que les otorguen el tiempo completo, que sus llamadas, en vez de dos intentos, sean tres.
El día de inicio de la protesta en el penal, en los registros de información pública del Consejo de la Judicatura, constaba que el Juzgado Primero de Distrito en Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de México desechó una decena de amparos interpuestos por distintos presos contra la jefa del servicio médico del Cefereso y contra el director general.
Un exfuncionario del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social –entrevistado por este semanario a condición del anonimato– explica que las huelgas de hambre en el caso del Altiplano son un recurso para desestabilizar el penal.
La exitosa organización de la huelga, hasta el cierre de esta edición, revela que tras las rejas, y aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto pretenda hacer creer que el capo está neutralizado, “El Chapo” Guzmán aún tiene poder y sabe cómo manejarlo.