Alfredo Beltrán Leyva pudo salir libre hace unos meses. Casi respiraba el aire de la calle, debido a que un tribunal colegiado le concedió un amparo por los vicios que tiene el expediente consignado, pero una orden de extradición hacia Estados Unidos le frenó su salida de prisión. La Secretaría de Relaciones Exteriores y la PGR ya han otorgado su autorización de traslado al vecino país, pero “El Mochomo” se defiende en los tribunales como ‘gato panza arriba’. Esta es la historia.
En Culiacán, su gente ya cantaba aquel corrido de El Consentido de La Palma, que lo daba en libertad en poco tiempo. Incluso trascendió que a algunos de sus colaboradores les habría dicho desde el penal de Puente Grande, Jalisco, que pronto saldría, y había que reorganizarse.
Pero a “El Mochomo” los gringos le frenaron su salida, a diferencia que a su coterráneo Rafel Caro Quintero, cuya liberación causó indignación en las agencias de seguridad de Estados Unidos, y en las autoridades mexicanas un espasmo del que no salieron bien libradas.
Desde el año pasado, con el bautizo oficial que le dio el Departamento del Tesoro al narcotraficante guasavense Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro, al situar su organización con el nivel de cártel de la droga, los gringos pusieron en la mira a los Beltrán Leyva de nueva cuenta, al dar a conocer que este cártel estaba resurgiendo con voraz fuerza.
Pero en las últimas semanas ha sido acotado. La Marina persigue al Chapo Isidro, y las últimas cabezas de los Beltrán Leyva sólo dependen de Héctor Beltrán.
Un banquillo en Washigton
La Corte del Distrito de Columbia, en Washigton, solicitó a través de la embajada en México el 24 agosto de 2012 la extradición de Alfredo Beltrán Leyva, como señala el expediente diplomático 08/2012-11 girado por el Departamento de Justicia.
Pero fue hasta el 26 de noviembre de 2013 en que la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores autorizaron su traslado a suelo estadounidense.
El juez Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales del Distrito Federal había ejecutado la orden de aprehensión con fines de extradición en contra de “El Mochomo”, según se desprende del juicio de amparo 1270/2013, radicado en el Juzgado Cuarto de Distrito en Materia de Amparo del DF.
Desde su captura en enero de 2008 en Culiacán, “el Mochomo” no contaba con orden de extradición al vecino país, a diferencia de sus hermanos Arturo Beltrán Leyva y Héctor Beltrán Leyva, la tríada del cártel que lleva sus apellidos.
Información obtenida en la Judicatura Federal, señala que la Corte Federal para el Distrito de Columbia abrió el proceso CR-12-18401 contra “El Mochomo”, acusado de:
El cargo de asociación delictuosa para distribuir una o más sustancias controladas; esto es, cinco kilogramos o más de cocaína, y cincuenta gramos o más de metanfetamina, a sabiendas de que esas sustancias iban a ser importadas ilegalmente a Estados Unidos, lo cual viola las secciones 963, 959 y 960 del título 21 del Código de los Estados Unidos de América.
Estos cargos, de comprobarse, un imputado podría alcanzar máximo 10 años de prisión.
La defensa de Beltrán Leyva interpuso una demanda de amparo para revertir la autorización de la PGR y la Secretaría de Relaciones Exteriores para el trasladado del capo sinaloense a Washigton.
El 20 de diciembre, el juez cuarto de amparo del DF admitió el caso, y el 31 de ese mismo mes ordenó a las autoridades detener el traslado en tanto que no se resolviera el juicio de fondo.
“El Mochomo” ganó tiempo. Mientras en Holanda caía en la víspera del Año Nuevo José Rodrigo Aréchiga Gamboa, “El Chino Ántrax”, y el 21 de febrero era recapturado Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, Beltrán Leyva perdía su oportunidad de salir bien librado de la cárcel.
El 2 de junio pasado, Alfredo recibió un fuerte descalabro. El juez de amparo le negó la protección de la justicia federal. Seis años y medio en el penal de Puente Grande, Jalisco, y todo indicaba que pronto pisaría la calle.
De inmediato, la defensa interpuso el 4 de julio pasado un recurso de revisión ante el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del DF, el cual inició el expediente 157/2014.
El 7 de agosto pasado, la magistrada Irma Rivero Ortiz de Alcántara tomó en sus manos el expediente para resolver si confirma, recova o modifica la sentencia que le abre la puerta a Estados Unidos para llevarse a Beltrán Leyva.
El fracaso de la PGR
La versión oficial de la PGR sobre la detención de Alfredo Beltrán Leyva señala que ocurrió durante la madrugada del 21 de enero de 2008 en la colonia Burócrata de Culiacán, y que iba en una camioneta BMW en compañía de tres personas. Llevaba consigo 900 mil dólares, 11 relojes finos, un fusil AK-47 y 11 armas cortas.
Sin embargo, en el amparo concedido por el tercer tribunal colegiado de Jalisco, se estableció que el ministerio público no pudo acreditar dicha versión.
En suma, los magistrados determinaron que las pruebas eran insuficientes “para acreditar que el quejoso (el Mochomo) portó armas, dado que no se encontraba en el lugar, y los captores localizaron las armas en el vehículo propiedad de un codetenido”.
Por eso, en los corrillos mafiosos de Culiacán se decía que su salida era probable, pero ahora el tribunal colegiado dirá si se va a Estados Unidos a ser juzgado por narcotráfico.
Las acusaciones contra El Barbas y El H
Los hermanos de Alfredo, en cambio, eran requeridos por la justicia gringa desde al menos el 2004.
“El Barbas” tenía tres procesos abiertos en las cortes estadounidenses. La primera de 2004 en el Distrito de Columbia, en Washintong; la segunda Distrito Este de Nueva York, y por último en la Corte de Distrito Norte de Ilinois, en Chicago. Estas dos últimas del año 2009.
En Chicago aparece como coacusado el tristemente célebre Manuel Fernández Valencia, alias La Puerca o El Animal, quien también está en un juicio de extradición, y quien fuera detenido en el Hotel Tres Ríos de Culiacán en noviembre de 2010, tras el asesinato de su hijo, Marcial Fernández.
Héctor Beltrán Leyva, conocido como “El H” o El Licenciado, también está en la misma acusación que su extinto hermano, El Barbas, en la Corte de Nueva York y Columbia.
Es el único Beltrán Leyva que sigue operando en libertad. Para la PGR ha sido como un fantasma. Incluso a “El H” las autoridades mexicanas dan ese aire de misterio debido al bajo perfil con el que se maneja.
Poco se sabe de él. Las únicas veces que su nombre ha salido a relucir fue en un expediente judicial cuando detuvieron a Geovanny Lizárraga Ontiveros, uno de los líderes de Los Mazatlecos, el clan de narcomenudista casi exterminado en Los Mochis.
Lizárraga Ontiveros manifestó al ministerio público que toda la célula criminal del norte de Sinaloa le pagaba 20 mil pesos a la semana a “el H”. Más allá de ese comentario, “el H” se diluye como sombra entre las organizaciones criminales en México.