Bogotá— Dos hombres armados irrumpieron en una casa vecina del lugar donde la policía colombiana mató en 1993 a Pablo Escobar, el máximo capo del cartel de Medellín, al parecer con la intención de buscar un escondite con dinero que habría guardado el criminal, informaron hoy fuentes oficiales.
El vicealcalde de Medellín, Luis Fernando Suárez, dijo que el hecho ocurrió el miércoles, cuando dos sujetos que estaban disfrazados con los uniformes de una empresa de telecomunicaciones ingresaron a la fuerza a una casa y amenazaron a una mujer que vive allí.
Suárez no descartó que el episodio tenga alguna relación con la salida de prisión de John Jairo Velásquez, Popeye, quien fue jefe de pistoleros de la banda que lideró Escobar.
Popeye quedó en libertad condicional el martes pasado, tras pasar casi 24 años en prisión.
La mujer que fue amenazada por los hombres dijo que estos ingresaron a la fuerza a su vivienda y le dijeron que estaban buscando algo que El Patrón, el alias de Escobar, había dejado.
“No haga nada, no diga nada, no grite. Venimos por algo que El Patrón dejó aquí”, expresó la mujer al relatar lo que le dijeron los hombres.
El funcionario señaló que es posible que Popeye tenga conocimiento de los sitios donde Escobar supuestamente dejó escondidos tesoros, aunque no se sabe si los hombres que ingresaron a esa casa cumplían órdenes suyas o pretendían anticiparse al hallazgo en vista de que el ex narcotraficante quedó en libertad.
“Es posible que eso sea así. Este personaje que ya está en libertad seguramente tendrá conocimiento de esta situación o de otras situaciones donde haya almacenado dinero. Vamos a estar muy atentos a cómo evoluciona esta situación”, dijo Suárez en declaraciones a la estación Blu Radio.
El secretario de Seguridad de Medellín, Sergio Vargas, dijo que los sujetos permanecieron en la casa por cerca de media hora buscando el supuesto tesoro. Al no encontrar nada se fueron sin robar nada de la casa.
Tras protagonizar en los años 80 y comienzos de los 90 una “guerra” contra el Estado colombiano mediante atentados con coches bomba y asesinatos selectivos, Escobar murió en diciembre de 1993 en una operación policial.
Los principales jefes del cartel de Medellín, entre ellos Escobar y Popeye, se entregaron a las autoridades a inicios de los años 90 en el marco de un ofrecimiento del gobierno del presidente César Gaviria (1990-1994) para concederles beneficios penales a cambio de colaboración con la justicia.
Sin embargo, Escobar se fugó de la prisión junto con varios cómplices poco tiempo después, hasta que su escondite fue descubierto por la policía en una casa de un barrio de clase media de Medellín, a pocos metros de la vivienda donde los hombres buscaron el supuesto tesoro.
El jefe de la que fuera considerada en su momento como la principal banda de narcotráfico del mundo murió a balazos cuando intentaba escapar por el tejado de la casa.
Los demás jefes de la banda criminal terminaron de purgar sus penas en prisión, otros fueron extraditados a Estados Unidos y algunos murieron, por lo que Popeye era el único de los miembros conocidos de esa organización que permanecía en prisión en Colombia.