Dallas, un punto estratégico en el centro del país con su extensa red de carreteras y su proximidad a México, está viendo un repunte en el tráfico de heroína.
Esto coincide con un aumento a nivel nacional en los aseguramientos de la heroína, droga que ha bajado de precio y nuevamente gana popularidad por su nueva modalidad de fácil consumo.
Dan Salter, agente especial a cargo de la división Dallas de la Agencia Federal Antinarcóticos (DEA), dijo que el repunte en el consumo de heroína está ligado a un aumento de la adicción a los medicamentos recetados.
“Tenemos ciudadanos productivos que en alguna ocasión tuvieron acceso a un medicamento por medio de una receta y terminaron haciéndose adictos, y una vez que el doctor deja de recetarle la medicina, estas personas se pasan a la heroína, que es igual de fuerte y más barata”, dijo.
La heroína hoy en día tiende a ser un polvo blanco o café claro que se puede aspirar, y no la heroína negra que es para inyectarse y que no cualquiera se anima a utilizar.
Salter informó que la DEA en los últimos 12 meses ha iniciado más investigaciones de tráfico de heroína que en los pasados 15 años combinados.
“Esto está alcanzando proporciones casi epidémicas”, dijo Salter.
Los autos y los camiones comerciales siguen siendo el modo de transporte de la droga, pero los autobuses foráneos y trenes constituyen una vía más económica para los traficantes. Además, mientras que la policía patrulla las carreteras y tiene retenes para camiones comerciales, su presencia es escasa en las terminales de autobús.
Tráfico en estaciones de Dallas
La heroína llega a Dallas por carretera, ya sea en automóviles particulares o en autobuses foráneos procedentes de la frontera.
En marzo la policía arrestó a María Arámburo, de 48 años, en una estación de autobús después de hallar más de siete libras de heroína en su maleta.
Iba de Brownsville a Chicago, y estaba esperando el siguiente autobús en Dallas.
Los oficiales hablaron con Arámburo después de que la vieron “observando a los detectives sin voltear la cabeza” en la terminal, según el affidávit para la orden de arresto.
Traía dos maletas y parecía nerviosa, según la policía.
Permitió que la policía revisara sus maletas, de acuerdo al affidávit. Los oficiales hallaron grandes latas de comida, pero adentro de las latas, selladas a calor, había heroína.
Aramburo permanece recluida en la cárcel del condado de Dallas bajo un cargo de comercio de drogas y una fianza de $500,000. No tiene antecedentes penales en el condado.
En junio los oficiales detuvieron a otro hombre, Eduardo Ordóñez, en la misma estación de autobús en viaje de Brownsville a Chicago.
Vieron seis latas parecidas en su bolsa, que también estaban llenas de heroína blanca en polvo. También él fue arrestado y se le fincaron cargos.
“Es justo decir que las drogas viajan al norte desde la frontera, y Dallas es uno de los puntos a través de los cuales transita”, dijo Christina Smith, directora de la unidad de Narcóticos del Departamento de Policía de Dallas.
La policía de Dallas cuenta con una escuadra conformada por 10 oficiales y un sargento dedicada a detener a los contrabandistas en las líneas de ferrocarril, las rutas de autobús y el aeropuerto Love Field.
Robert Mazur, agente de la DEA retirado y autor de un libro sobre los años que pasó como agente encubierto con los cárteles colombianos titulado “El Infiltrador”, dijo no estar sorprendido de que el tráfico de heroína se ha incrementado en el área de Dallas.
“En lo que respecta a las autopistas, ustedes se encuentran en un punto muy importante”, dijo. “De ahí pueden ir al Medio Oeste, a las grandes ciudades del Este. Cuentan con un estupenda red de autopistas”.
Chicago es uno de los destinos más frecuentados por los traficantes que pasan a través de Dallas, señaló Smith.