Según reportes periodísticos, al verse rodeado por fuerzas federales y estatales en una casa en el puerto de Lázaro Cárdenas, estado de Michoacán, Aquiles Gómez Martínez, el hermano de Servando Gómez Martínez La Tuta, prefirió el suicidio a ser capturado. Llama poderosamente la atención esa conducta. No es la conducta normal de un narcotraficante, que es, en última instancia, un simple comerciante cuyo producto tiene un alto valor en el mercado. Ni el más buscado en el mundo, que fue El Chapo Guzmán, optó por esa resolución a su dilema: enfrentar a las fuerzas que lo rodeaban y morir abatido, o rendirse. No quiere decir que no haya habido circunstancias que orillaron a delincuentes a quitarse la vida antes que rendirse. Pero la gran mayoría de los abatidos lo han sido por balas del lado gubernamental, que, dirían algunos, es una forma diferente de suicidio.
Pero Aquiles se suicidó antes que rendirse o, incluso, de ser abatido. Es imposible saber a ciencia cierta por qué lo hizo, pero es posible elaborar algunas conjeturas acerca de las circunstancias que lo pueden haber influido para que tomara esa decisión.
En primer lugar, existe desconcierto en el gobierno federal por no haber podido localizar y apresar a Servando Gómez Martínez. Ese hecho en sí mismo es relevante. El mismo Presidente de la República prometió que sus fuerzas estaban a punto de lograr su captura. Tan fuerte fue la convicción de que se le iba a apresar en breve, que el Comisionado federal en Michoacán, Alfredo Castillo, ofreció la cabeza de La Tutaantes de que entrara en vigor el acuerdo entre autoridades federales y estatales con las autodefensas, cuando se pactó el desmantelamiento de estos últimos, el 10 de mayo de este año. Pero no lo han logrado. Empiezan a cundir las suspicacias entre agencias de seguridad del Estado, pues corre la impresión de que sigue gozando de información privilegiada que le ha permitido escapar de los cercos que le han puesto. Un dato es, entonces, la incomodidad en el gobierno federal sobre este asunto.
Otro dato son los métodos de interrogatorio que está empleando el gobierno federal a la hora de capturar operadores de Gómez Martínez. Según informes confidenciales y no oficiales de gente cercana a la investigación, se han empleado métodos para extraer información sobre su paradero que son reminiscencias del tratamiento dado por tropas estadunidenses a los iraquíes considerados aliados de Saddam Hussein, justamente cuando Estados Unidos buscaba capturarlo. Los encargados federales de la operación en Michoacán parecen estar pensando, y haciendo honor a los tiempos de la Dirección Federal de Seguridad, que si tan bien les sirvió el método a los vecinos, por qué no aplicarlo aquí.
El nombre de Los Caballeros Templarios no es, estrictamente hablando, el de un cártel de narcotraficantes. En cualquier lugar normal del mundo occidental, sería una secta religiosa. Pero Michoacán no es como el resto del mundo. En ese estado sí es el nombre de un cártel de narcotraficantes sui generis cuyo líder es grabado en un video sentado en una oficina holgada, escritorio grande y lleno de fotos, con imágenes del Che Guevara y Pancho Villa en su pared, y, en el centro, la imagen de la Virgen de Guadalupe. No se ven las armas largas y pistolas con incrustaciones de perlas, oro y diamantes que tantos otros capos de la droga gustan de subir a Facebook. Es una imagen completamente diferente, y podría confundirse con un evangelio o partido político.
Es un grupo criminal con base social real. A este hecho se debe, fundamentalmente, la explicación de por qué no han podido apresarlo, junto con la complicidad de ciertas autoridades. Eso es lo que lo distingue de otros cárteles y delincuencia organizada, además de su idea muy personal de aparente convicción religiosa sobre lo bueno y lo malo. Se dedica a la búsqueda de riquezas por la vía que sea, pero con ideas sobre el país, la gente y sus necesidades. Sin duda un fenómeno confuso y perverso, aunque real. De ahí que, encontrándose rodeados de tropas federales y estatales, Aquiles, en nombre de la “lucha” de LosCaballeros Templarios, decidió tomar su propia vida, como una ofrenda a su hermano y una vía para evitar ser torturado inmisericordemente.