Hace 11 meses asumió el control absoluto del cártel del Golfo, ha mantenido un bajo perfil, pero la Procuraduría General de la República (PGR) ya lo tiene en la mira. Mario Armando Ramírez Treviño, “El Pelón” o “X-20”, es el jefe de la organización, quien ahora podrá disputar los territorios que controlan “Los Zetas”, tras la aprehensión de su líder, Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”.
Labores de inteligencia del gobierno federal y de Estados Unidos, donde enfrenta cargos desde hace cinco años por narcotráfico, ubican a Ramírez Treviño como el cabecilla del cártel del Golfo, al suceder a Eduardo Costilla, “El Coss”, capturado en septiembre de 2012.
Las historias que se tejen en torno a “El Pelón”, indican que es un hombre peligroso, “igual o más violento” que el abatido jefe de “Los Zetas”, Heriberto Lazcano o su socio el “Z-40”, por lo que consideran que tiene el poder para emprender una lucha por los territorios, e incluso no descartan que incluso pueda tener la capacidad de reunificar a los dos cárteles como en el pasado, antes de su escisión en enero de 2010 por pugnas internas por el liderazgo.
Autoridades federales consultadas sobre las repercusiones de la captura del “Z-40”, dijeron que
“Los Zetas” han recibido un fuerte golpe, pero el mando queda ahora bajo responsabilidad de Omar Treviño Morales, “Z-42”, quien “tiene la misma escuela de violencia que su hermano, por lo que no es previsible que quiera delegar todo el poder y los territorios, en un pacto con sus ex socios del Golfo”, indicaron.
El escenario previsible es de disputa por cada plaza, sobre todo en el bastión de poder que tenía el cártel del Golfo, la llamada “frontera chica”: Nuevo Laredo, Reynosa, Miguel Alemán y Matamoros, que en menos de tres años lograron conquistar “Los Zetas” entre enfrentamientos, secuestros y homicidios.
No se descarta, indicaron las autoridades, que Ramírez Treviño, X-20, como jefe del cártel pretenda ahora recuperar las plazas perdidas, con sus nuevos sicarios conocidos ahora como Deltas, que representan un brazo armado como en su momento fueron “Los Zetas”.
Por este presunto narcotraficante, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ofrece 5 millones de dólares como recompensa; la PGR también está dispuesta a entregar 30 millones de pesos a quien proporcione información que conduzca a su captura.
Desde 2006 en EU ya se le identificaba como uno de los operadores de Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”, otrora líder del cártel del Golfo abatido por la Marina.
Ramírez Treviño llegó a ser el jefe de plaza de toda la “frontera chica”, que hoy podría pretender recuperar para ser líder indiscutible en la región, después de una fallida carrera como policía ministerial, y como un sujeto que aseguran medios locales, después de ser un adicto a las drogas se rehabilitó para convertirse en el “Comandante X-20”, como se firma en mensajes que en los últimos meses se han hallado junto a rivales asesinados.