“Yo emplazo al gobierno para que en tres días limpie esta ciudad de todos los lacras, si no lo hacen ellos, tenemos que hacerlo nosotros”, advirtió Gregorio López el sacerdote de la Arquidiócesis de Apatzingán, quien decidió dar la cara y denunciar ante el mundo lo que él califica como “El infierno en Apatzingán”.
El religioso ha reiterado durante los últimos días que si las autoridades que tienen la obligación de proteger al pueblo no lo hacen, convocará a una levantamiento civil “dentro de la legalidad”. Porque “si la Marina, la Secretaría de la Defensa nacional o la Policía Federal, no tiene los pantalones, nosotros sí lo tenemos”, atajó.
Gregorio López, mejor conocido como “El Padre Goyo”, ha emplazado a las autoridades a “limpiar” de criminales la región de Tierra Caliente. No obstante, criticó el operativo federal y la nueva estrategia son sólo un montaje”, pues los criminales y los sicarios se pasean por enfrente de los federales.
“Yo si les dije, discúlpenme pero son una bola de títeres. Les faltan huevos, no tienen nada que estar haciendo aquí ¡Lárguense!”, narra el sacerdote indignado ante la situación que han atravesado los habitantes Apatzingán y los pobladores de Tierra Caliente en Michoacán durante los últimos 12 años.
“Esta ciudad esta cautivada, está secuestrada, sólo la gente de aquí y el gobierno lo sabe”, manifestó. Bajo este escenario, indicó la llegada de Fuerzas Federales, “es un teatro nada más que esta montando el gobierno para que el golpe de estado no se dé. Pero es inminente, es la toma de la ciudad por parte de los propios ciudadanos, porque hay gente que harta y tiene que comenzar a defenderse”.
“En estos momentos -describió- los Templarios están reunidos comiendo a un kilometro de aquí (…) el presidente municipal lo sabe, la gente de aquí sabe donde están la Tuta, el Chayo y Kike Plancarte aquí en el rancho de San Francisco, andan banqueteándose y riéndose del gobierno”.
¿Usted no tiene miedo?, cuestionaron los periodistas, mientras ofreció una entrevista con numerosos medios de comunicación a las afueras de la iglesia en Apatzingán. “No, a lo que tengo miedo es a seguir callado como ustedes y ser cómplice, tengo miedo a seguir adulando la mentira y tanta maldad”.
¿Usted ha convocado al pueblo a las armas? Reiteraron los reporteros, a lo que el sacerdote respondió: “Sí, vamos a hacerlo si el gobierno no se pone las pilas, el gobierno tiene el derecho tiene la obligación, pero si no lo hace lo vamos a hacer nosotros”.
Y por último el pontífice, se dirigió el mandatario estatal: “Vallejo, venir a Apatzingán es burlarse de Apatzingán. Hoy hay gente sin comer, que nos están pidiendo de comer a la iglesia porque tiene semanas sin poder trabajar”.