Para el padre de Apatzingán, Gregorio López, la violencia que se registra en la zona es «muy grave e indignante» por el temor con el que tienen que vivir cientos de familias frente al crimen organizado.
Para el sacerdote, la violencia en su estado aumentó desde hace 10 años, a parir de la expulsión de grupos antagónicos como Los Zetas, de la extinta organización criminal Los Valencia, así como por el cobijo por parte de autoridades municipales y estatales.
La situación es tal en el estado que el propio padre se ha tenido que ver en la necesidad de portar un chaleco antibalas durante la homilía y aceptar ser cuidado por guardaespaldas ante las amenazas del crimen organizado.
«Aquí sé cómo masca la iguana, cómo corre el agua, sabemos cómo está todo. Tenemos la fuente de la gente. Sabemos cuántos muertos y secuestros hay. Cuántos ranchos han robado. Qué ministerios públicos, notarios y policías están con ellos. Sabemos la corrupción que hay en la presidencia municipal»
«Una vez que La Familia, ahora Caballeros Templarios, se posicionó en el mercado de las drogas de Michoacán, comenzó una estrategia basada en seis ejes: social, político, intelectual, económico, laboral y en el ámbito de la aplicación de la justicia»
No sabemos ustedes, pero parece una estrategia que debería copiar el gobierno si quiere, en verdad, acabar contra del narco.
En palabras del sacerdote:
«Ellos tiene la capacidad de decidir quién puede trabajar en el gobierno o hasta quién puede cortar limón. Ellos controlan todo, las autoridades no lo quieren aceptar»
La petición del padre a Peña
El sacerdote sabe que la lucha que ha comenzado en Apatzningán en cualquier momento podría costarle la vida:
«Le digo a Enrique Peña que le beso los pies el día que tenga en la cárcel a Nazario Moreno, a Enrique Plancarte Solís y a Servando Gómez Martínez. No agarren al Chiclano (Joaquín Negrete), él es el mil de los Templarios. Agarren al 1, al 2 y al 3, y le beso los pies»
El padre respeta la intención del gobierno de «querer garantizar la seguridad», pero que si no lo hace, él mismo llamara a la gente a las armas:
«Respeto a las autoridades, pero por favor no hagan de esto un show mediático, trabajaen y detengan criminales. En 2010 llegaron muchos y montaron un espectáculo, pero no cambió nada. Espero que ahora sea diferente y cambien las cosas en beneficio de los habitantes»
Recordemos que enfrentar al crimen organizado es una tarea difícil, ya que cortarle la cabeza a una organización criminal sólo produce que se multipliquen, y hasta que se dividan ocasionando enfrentamientos en los que las grandes víctimas son los pobladores. Además, desintegrar un grupo criminal sólo deja su zona a la merced de otro. Es por eso que se debe enfrentar por varios frentes, no sólo el de la batalla franca, sino el de la desmantelación formal, crear más oportunidades de empleo, mejores salarios (pues de qué sirve un empleo si el salario es raquítico) y mejores oportunidades de educación y acceso a la salud.
El sacerdote que defiende a las autodefensas
Pero no es la primera vez esta semana que se hace viral la presencia del padre López, tan sólo hace unos días estuvo circulando un video en el cual explicaba la situación de los autodefensas.
El sacerdote Gregorio López, integrante de la diócesis de Patzingán indicó a los medios de comunicación que conoce a los integrantes de los grupos de autodefensa:
«Son gente noble, los conozco. Son trabajadores y no son un cártel. Los comunitarios son gente de trabajo. No son gente de autoridad ni de leyes, pero son personas que saben que aquel grupo criminal mató a su padre, balearon a su esposa y les robaron su terreno»
¿Quién los financia?
«Hay muchos empresarios que fueron sacados de aquí y que están financiando. Aquí hay gente a quienes les han quitado ranchos. Ellos son los que están pagando las armas».