Rogelio González Pizaña, El Kelín, no resistió la invitación: La Covacha, un Table Dance abriría de nuevo sus puertas y eso incluiría bailarinas hermosas y de reciente contratación. Acostumbrado a pasearse por Matamoros, Tamaulipas, El Kelín llegó pasadas las 9 de la noche acompañado de algunos gatilleros y su inseparable chofer y escolta. Pero ese no era su único pasatiempo.
El Kelín distribuía sus horas entre la seguridad que tenía que brindar a algunos elementos del Cártel del Golfo y el negocio del trasiego de la droga. Sí, se trataba de la playa Bagdad, a 34 kilómetros de la ciudad que le servía en ocasiones para trasladar la droga en lanchas rápidas.
“Prácticamente era su territorio, siempre pudo hacer el negocio fácilmente, se movía con mucha seguridad”, dice uno de los policías que participó en su detención. De hecho, el 12 de septiembre de 2001, cerca de las escolleras de esa playa, fue detenido por elementos de la Marina ante quienes se identificó como el policía federal preventivo Rogelio González. El Kelín lograría safarse de la detención con la ayuda del Cártel: en su lugar, agentes ministeriales suplantaron a otra persona y huyó.
Pasarían cuatro años. Y aunque su nombre ya no sonaba tanto como en la época de Osiel Cárdenas, El Kelín seguía moviéndose en el centro de la ciudad. El antojo por la cerveza y las mujeres hermosas le ganó. “Se confió demasiado… bien sabía que los federales lo rondaban tiempo atrás”, dice un ministerial.
La música tocaba a todo volumen en La Covacha. De pronto el tráfico dejó de circular a las afueras del sitio. Si acaso pasaban algunas camionetas de vidrios polarizados. En realidad la AFI y la PFP habían cerrado el círculo y El Kelín estaba dentro. Algún mesero se acercó y le dijo al oído lo ocurrido. Pensaron que podían una vez más escapar. Salió por la puerta trasera se subió a su Passat blindado. Tomó con la mano una granada de fragmentación. Aventó la primera cuando arrancó el auto a unos metros de La Covacha. Sus gatilleros intentaron protegerlo. Algunos se cubrieron en otros autos. Las ráfagas se escuchaban a cuadras. Luego El Kelín lanzó la granada pero no dio en el blanco. Explotó a unos metros del auto. Envalentonado quiso lanzar una segunda granada pero ésta reventó antes de tiempo e incendio el auto. gritadera. Algunas bailarinas intentaron salir pero fueron detenidas.
El Kelín quedó tirado, herido, pero alcanzó a salir del auto. Su chofer y escolta no lo logró. Quedó calcinado. Así El Kelín fue detenido. Rafael Macedo de la Concha, procurador General de la República (PGR), confirmó la detención de Rogelio González Pizaña, El Kelín, a quien señaló como líder del grupo de sicarios de Loz Zetas, que operan bajo las órdenes del Cártel del Golfo.
En conferencia de prensa, Macedo dijo que este sicario es “el brazo ejecutor de Osiel Cárdenas” y coordinaba la seguridad de la organización criminal, logrando incluso controlar operaciones de tráfico de drogas desde Colombia hacia Estados Unidos. Acompañado de Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública federal, indicaron que esta captura se dio en el marco de la operación denominada Corsario, desplegado en municipios de Tamaulipas para buscar los centros de operación del narcotráfico.
En este contexto, el procurador dijo que El Kelín contaba con dos órdenes de aprehensión en su contra por delitos contra la delincuencia organizada y la salud, además que se le imputa haber perpetrado una atentado contra agentes de la DEA y el FBI el 9 de febrero de 1999. Contra el narco existía una recompensa por un millón de dólares en Estados Unidos, donde también enfrenta cargos por posesión y distribución de cocaína.
El procurador confirmó que durante el enfrentamiento en que detuvieron al capo, perdió la vida un agente federal, resultaron lesionados dos policías federales y murieron dos presuntos sicarios, identificados como Alvarado “N” e Iván; en este operativo, el procurador confirmó la detención de 56 personas, 33 varones y 23 mujeres. Asimismo reveló que El Kelín prentendía escapar a bordo de un auto Passat blindado y en su intento de fuga utilizó granadas de fragmentación, lo que causó que su compañero de viaje muriera calcinado dentro del vehículo y lesiones a González.