La organización delictiva de Los Caballeros Templarios, logró perfeccionar el modelo criminal de los carteles mexicanos, llegando a controlar un territorio establecido e interviniendo en todos las actividades que pudieran generarles ingresos para su financiamiento.
El tráfico de drogas, dejó de ser para Los Caballeros Templarios el quehacer primordial y de mayor generación de ingresos, siendo la minería, la extorsión y la tala de árboles, las tres actividades delictivas que sostienen económicamente a la organización.
Las minas de hierro en el puerto de Lázaro Cárdenas y la región costera, fueron el blanco de cobros de cuotas por la producción de minerales, desde su extracción hasta su procesamiento y exportación, principalmente a China, advierte un reportaje a fondo publicado por The Associated Press.
De acuerdo a la información que hiciera pública el Comisionado para la Seguridad en Michoacán Alfredo Castillo Cervantes, el crimen organizado que opera en Michoacán, exigía cerca de 15 dólares por cada tonelada del metal exportado.
Con lo anterior afirmó obtenían ganancias millonarias ya que de acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria y el Acero, en el 2013 llegaron a los mil millones de dólares por la exportación de 10 millones de toneladas de hierro.
Apenas a inicios de marzo, la Federación realizó un operativo en el puerto de Lázaro Cárdenas en el que se decomisaron 119 mil toneladas de hierro acopiadas en nueve patios clandestinos.
Actualmente, de los 12 carteles de la droga existentes en México, sólo dos, Los Caballeros Templarios y Los Zetas, obtienen gran parte de sus recursos a partir de actividades que no se relacionan propiamente con el trasiego de drogas.
Sin embargo, únicamente el cartel de Los Caballeros Templarios, anteriormente La Familia, es el único grupo delincuencial al que se le ha comprobado su intromisión en el sector minero.