La diferencia es crucial, especialmente para los que no están familiarizados. Como nuevos internos, sus pensamientos se vuelven al de la auto-preservación. Los Aztecas ofrecen la mejor opción. Después de haber cumplido su tiempo, estos reclutas vuelven a las calles, ahora bajo estrictas órdenes de sus generales, capitanes, tenientes y sargentos Aztecas. La membresía es de por vida.¿Convirtiéndose en Distribuidores Internacionales?
El siguiente paso para Barrio Azteca es la consolidación de su control sobre las drogas ilegales que se mueven a través de Juárez. Esto puede tomar tiempo. El Cartel de Sinaloa sigue siendo la red dominante de tráfico internacional en la región. Barrio Azteca tendría que buscar adaptarse o desplazar al considerable rival si fuera a jugar un papel más importante.
La adaptación parece ser el camino más probable en este momento.
Lo que es más, el lado estadounidense del grupo parece sólo tener experiencia en mover pequeños envíos. La acusación federal de 2011 habla de paquetes de entre 1 y 2 kilos de cocaína y heroína moviéndose a través de Estados Unidos.
Pero esto ya puede estar cambiando. En un caso, la acusación dice que Barrio Azteca estaba moviendo 18 libras de heroína hacia Nueva York. Lo que es más, Barrio Azteca tiene infraestructura y personal en Estados Unidos, y puede usar sus grandes números y el control físico de gran parte de Juárez para demandar una parte cada vez mayor del comercio internacional de drogas.
Ninguna otra pandilla callejera está tan cerca de dar este salto. Y la ironía es que la batalla por Juárez puede haber acelerado el proceso. La Policía usa Fuerza Bruta para Romper con el Sitio del Crimen Organizado Sobre Juárez. Parece haber habido un milagro de seguridad en Ciudad Juárez, otrora una de las ciudades más violentas del mundo. Pero mientras algunos aplauden al secretario de seguridad de la ciudad, el teniente coronel (r) Julián Leyzaola, otros se preocupan por su casi sistemática violación de los derechos humanos.
La llegada de Leyzaola en marzo de 2011 coincidió con una dramática caída en los niveles de delincuencia y homicidio, la tasa de homicidios es ahora una quinta parte de lo que fue en ese mes. En noviembre, la ciudad registraba 27 asesinatos, su menor cifra mensual en casi tres años.
La tasa de homicidios, que alcanzó una asombrosa cifra de 10 casos por día, se ha reducido a alrededor de uno diario. Si bien sigue siendo una cifra muy elevada, la situación en Juárez ahora parece manejable.
Otros delitos, como el robo de carros, la extorsión y el secuestro también se han reducido abruptamente. Las denuncias de extorsión son un tercio de lo que eran hace 18 meses. El secuestro corresponde, según se informa, a una cuarta parte de lo que fue en su punto más alto. A principios de 2011, hubo dos meses con 540 incidentes de robos violentos de vehículos, y en diciembre de 2012 hubo 56.
A Leyzaola le gusta la confrontación. Él ha empleado el tiempo en su cargo enviando a los policías a las calles, donde ellos arrestaron a cualquier persona que veían como una amenaza. El número de arrestos es tan impresionante como las estadísticas mismas de la criminalidad. En enero de 2011, la policía detuvo a 1.462 personas por ser sospechosos de delitos menores. En julio de 2012, esa cifra fue de 13.568.
Muchos de los detenidos pagan multas por violaciones como el hecho de no llevar la identificación. Otros pierden medio día laboral. El resultado, dicen los críticos de Leyzaola, es que la gente se está volviendo en contra del plan de seguridad del gobierno municipal.Estudio de caso: Víctor Ramón Longoria Carrillo
Un caso ilustra la intensidad y el carácter problemático de esta política. El 17 de febrero de 2012, la policía llegó a la casa de Víctor Ramón Longoria Carrillo. Sin una orden judicial, la
policía entró en la casa, empujaron a Víctor a su habitación, le cubrieron la cabeza con un saco y lo golpearon."¿Dónde están las armas?" Preguntaron. "¿Para quién trabajas?"Más adelante, Víctor, su hermana, su esposa y dos de sus vecinos testificaron que la policía finalmente arrastró a Víctor en una furgoneta y se marchó, sin avisarle a la familia a dónde se lo llevaban. La familia siguió a la policía en su propio coche hasta que una caravana militar los detuvo. La policía siguió su camino hacia la estación, donde, Víctor dijo que los golpes continuaron.
La policía, según el testimonio de Leyzaola a la Comisión de Derechos Humanos de Chihuahua, que investigó el incidente estaba siguiendo una pista de tres sospechosos que había robado un coche, un Hummer versión H2, temprano ese día.
Los sospechosos dijeron que habían robado el coche por orden de sus jefes, uno de los cuales identificaron como Víctor. Otros dos presuntos cabecillas fueron arrestados junto con Víctor ese mismo día. Los hombres, según la policía, llevaban consigo varios fusiles AK-47 y municiones. Uno de ellos, agregaron, era alias "Kiko", un líder criminal local, según el recuento de El Diario.
No obstante, la Comisión encontró graves deficiencias entre la historia de Leyzaola y la de la policía. Para empezar, la casa de Víctor no está ni cerca de donde los otros dos presuntos líderes fueron arrestados. La Comisión dijo que Víctor fue arrestado en su casa, como él, su hermana, su esposa y los dos vecinos testificaron. La Comisión agregó que la policía había cometido un registro e incautación ilegales en la casa y pidió al gobierno municipal sancionar a los oficiales.
“No lo Suficientemente Amable”
La policía no oculta su postura agresiva. Leyzaola no accedió a una entrevista. Sin embargo, otros miembros de la policía que hablaron con InSight Crime dijeron que no había ninguna agenda oculta. De hecho, la policía hace alarde de sus tácticas agresivas, llamándolas la fase de "choque". Ellos creen que les puede ayudar a realzar la moral, la fe en la institución, y el respeto de la población y los criminales por igual.
"La policía no puede ser aún lo suficientemente amable por el momento," dijo a InSight Crime un policía, quien no estaba autorizado para hablar oficialmente. "Estamos capturando asesinos. Ellos no piensan acerca de los derechos humanos".
El alcalde de Juárez, Héctor Murguía, tiene la misma actitud, al parecer diciéndole a la gente que él va a salir antes de que se libren de Leyzaola. El debate delicado sobre el equilibrio entre asegurar a la ciudad y proteger los derechos humanos a menudo aparece en el comité de seguridad, administrado por civiles de Juárez, conocido como la Mesa de Seguridad. La Mesa se formó después de la brutal masacre de 15 adolescentes en enero de 2010, a quienes sus asesinos confundieron como miembros de una pandilla rival.
Después del ataque, el entonces presidente Felipe Calderón visitó la ciudad y se reunió con líderes cívicos y empresariales. Juntos formaron una serie de grupos de trabajo o mesas, entre ellos el Grupo de Trabajo de Seguridad, o Mesa de Seguridad.
Los miembros de la Mesa no son los más ricos de Juárez. Son una mezcla de abogados, médicos y hombres de negocios. Algunos tienen experiencia en temas de seguridad. La mayoría son ciudadanos que han decidido involucrarse a medida que la situación de seguridad se convierte en una carga para ellos, sus familiares, vecinos y colegas.
Ahora se encuentran en la primera línea de batalla. La Mesa se ha convertido en un actor importante para las cuestiones de seguridad. Los ciudadanos que tienen un problema y no confían en las autoridades a menudo acuden a alguien de la Mesa, quién a su vez llama a un miembro de confianza de la comunidad de las fuerzas de seguridad, que actuará. El resultado puede ser inmediato, como sucedió con la reducción en las denuncias sobre extorsión. La reducción de las tasas de extorsión estaba en el centro del plan de seguridad de la ciudad.
Leyzaola hizo su parte al pasar su número telefónico personal a los propietarios de tiendas en el centro de la ciudad. Las personas que llamaron se sorprendieron al oír directamente al teniente coronel en el teléfono. Después de hablar con el dueño de la tienda, Leyzaola daría a sus agentes una descripción del sospechoso o sospechosos que habían recogido o amenazado con cobrar la cuota semanal, y los oficiales pasarían por ellos. Leyzaola luego llamaría de nuevo al dueño de la tienda, mientras que los oficiales llevaban a los sospechosos de un lado a otro. Cuando la patrulla pasaba frente a la tienda, el dueño le diría a Leyzaola si esos eran quienes lo extorsionaron o no. De esta manera, los dueños de la tienda no tenían que ponerse en riesgo.
La policía municipal es sólo una de las instituciones que cambió de líderes. El nuevo gobernador de Chihuahua, César Duarte, limpió la Oficina del Procurador General del estado, incluso reemplazando al titular de la cartera, Patricia González. González estuvo vinculada, según informes de prensa, al Cartel de Juárez, por lo que su hermano fue asesinado por presuntos miembros del Cartel de Sinaloa (Ver video en De Cómo la Policía, el Ejército, los Políticos y los Fiscales Determinaron Quién Ganó la Plaza de Juárez).
Los observadores más cínicos dicen que los avances en seguridad en la ciudad han ocurrido
porque el Cartel de Sinaloa se ha convertido en el jugador dominante en la zona. Esto puede
ser, en parte, cierto. Pero también es una visión reduccionista y pone demasiado énfasis en los criminales en lugar de los actores gubernamentales.
De hecho, varios oficiales de seguridad, que hablaron con InSight Crime bajo la condición de
que sus nombres o afiliaciones institucionales no fueran revelados, dijeron que los órganos de
seguridad en México estaban trabajando juntos mejor que nunca. Añadieron que estaban
compartiendo más información con sus contrapartes estadounidenses, quienes estaban
proporcionando información en tiempo real, permitiendo a las autoridades mexicanas detener
a sospechosos de alto nivel.
La policía de Juárez y de Chihuahua están repoblando sus filas con nuevos reclutas y recibiendo entrenamiento por parte de Estados Unidos. Pero el proceso es lento y muestra lo frágil que son los avances en seguridad. La policía de Juárez recientemente graduó su primera clase de reclutas desde la llegada de Leyzaola. De los 3.000 candidatos, 100 las pruebas mentales, psicológicas y de polígrafo obligatorias. De ellos, 81 superaron el entrenamiento básico.
La investigación para este artículo fue financiada, en parte, por el National Institute for Justice
y el Woodrow Wilson Center for International Scholars. Las afirmaciones del autor de ninguna
manera, reflejan las posiciones de estas instituciones en materia de seguridad en México o
Ciudad Juárez: Mapeo de la Violencia, Juárez siempre ha sido un lugar inestable. Es una ciudad fronteriza que atrae grandes números de inmigrantes en busca de trabajo, y genera grandes discrepancias entre sus habitantes más ricos y más pobres, todos factores asociados a la violencia.
Sin embargo, mapear el fenómeno no necesariamente produce los resultados esperados. Un
reciente estudio (pdf) de dos prominentes científicos sociales, financiado por la iniciativa
HASOW de la PUC-Rio, señaló que la violencia en Juárez en 2009 y 2010 estuvo concentrada en ciertos sectores de la ciudad, como se esperaba, pero no siempre siguió el patrón esperado, en términos del estatus socio-económico de las víctimas. Utilizando información del gobierno, los investigadores, Robert Muggah del Instituto Igarapé (Brasil) y Carlos Vilalta del CIDE (México), encontraron que los incidentes violentos estaban centrados en los cuadrantes noroeste y suroeste, específicamente, en tres áreas de la ciudad conocidas como Delicias, Aldama y Babicora Sur.
Luego ellos determinaron si seis “factores de riesgo” específicos estaban presentes en estas
áreas o no. Estos factores de riesgo se basaron en lo que se conoce como la teoría de la
desorganización social, la cual busca explicar el comportamiento criminal al “enfocarse en las
características contextuales y de composición en escenarios específicos”. Según esta teoría,
existen numerosos factores que conducen a mayores niveles de violencia, como el tamaño de la población inmigrante, y las tasas de educación y pobreza. De estos factores, los investigadores encontraron que la “población de otro estado” era la que más se correlacionaba con estas áreas violentas.
En Juárez, una ciudad fronteriza donde gran parte de la población ha venido de otras zonas en busca de trabajo en la industria maquiladora esto no es sorprendente. Lo sorprendente fue que las áreas más educadas correspondían a los índices más altos de violencia.
Aunque cabe mencionar que “educada” se define como una educación de noveno grado en México, los investigadores parecen estar confundidos por este resultado; como dicen
En Juárez, una ciudad fronteriza donde gran parte de la población ha venido de otras zonas en busca de trabajo en la industria maquiladora esto no es sorprendente. Lo sorprendente fue que las áreas más educadas correspondían a los índices más altos de violencia.
Aunque cabe mencionar que “educada” se define como una educación de noveno grado en México, los investigadores parecen estar confundidos por este resultado; como dicen
ellos, se necesita una mayor investigación. “Es difícil interpretar este resultado debido a la falta de más información sobre los perpetradores”, escriben.
Igualmente desconcertante fue la alta tasa de violencia en áreas donde los programas de
“bienestar social” eran sólidos. Específicamente, los investigadores utilizaron las prestaciones de seguridad social para los trabajadores estatales, para ilustrar que la violencia correspondía a distritos aparentemente de “clase media”.
Finalmente, hay una discrepancia con respecto a las zonas pobres. Los investigadores
Finalmente, hay una discrepancia con respecto a las zonas pobres. Los investigadores
encontraron dos niveles de pobreza: uno en el que no hay “acceso al agua” y “viviendas
disponibles”; y otro en el cual hay “unidades de vivienda ocupadas con pisos sin cemento.” El
primero (un poco más rico) correspondió a zonas más violentas.
La conclusión general de este estudio es difícil de discernir, pero la conclusión preliminar obvia es alarmante: la violencia se llevó a cabo en gran parte, en zonas de clase media en Juárez. Las razones para esto, como los propios autores dicen, son más difíciles de descifrar. “Estos eventos únicos probablemente requieren un estudio más amplio, más allá de las variables de composición demográficas y socioeconómicas,” establecen.