Héctor Manuel Coronel Castillo, alias "Rincón2, es señalado por la Policía de ser el enlace del poderoso cártel de Sinaloa con las FARC; fue detenido esta semana en Colombia.
Informes de inteligencia señalan que ‘Rincón', capturado en una operación encubierta de la Dijín, era una de las fichas claves de Joaquín Guzmán Loera, alias el ‘Chapo', considerado el capo más importante de México y cuya detención se registró el pasado 22 de febrero, en Mazatlán, Sinaloa.
Según la investigación, el capturado, de nacionalidad mexicana, se movía entre Colombia, México, Ecuador y Venezuela, organizando los movimientos de la coca en cristal con el fin de procesarla en laboratorios mexicanos. ‘Rincón', dice la Policía, fue quien propuso a las FARC venderle al cartel la coca en ese estado, con lo que podían incrementar sus utilidades.
"De media tonelada de la droga en cristal que sacaban de Colombia podían sacar una tonelada y media con la pureza que ellos quisieran", señaló uno de los investigadores.
En los seis meses de seguimiento de las autoridades al narco, estas lograron documentar sus gustos por las apuestas y las mujeres. "Gastaba hasta 10 millones de pesos diarios en casinos y apuestas de gallos", dicen uniformados cercanos al caso.
Agregaron que el hombre, que fue capturado en Cali, se movía por varias ciudades del país, siempre en hoteles o apartamentos alquilados, y en cada destino contrataba a mujeres para que lo acompañaran durante su estadía.
Dicen los investigadores que la función de ‘Rincón' era comprar las franquicias de los laboratorios para el procesamiento de cocaína de las FARC, ubicados principalmente en los departamentos de Cauca y Nariño.
Los negocios del cártel de Sinaloa los realizaba con la columna Daniel Aldana, que, según se dice en el expediente, garantizaban la salida de la droga desde los campos de producción hasta la frontera entre México y Guatemala.
La Policía afirma que Héctor Manuel Coronel Castillo es el responsable del envío de al menos 10 toneladas de cocaína desde Colombia hacía México, en el último año. Y para mover esos cargamentos de droga las FARC les proporcionaban dos alternativas: por vías marítima y aérea.
En la primera, la cocaína era transportada hasta el puerto de Buenaventura, y de ahí era empacada en lanchas que viajaban hacia Panamá para llegar finalmente a Centroamérica, desde donde la droga pasaba directamente a los Estados Unidos.