Un hombre que ha comprobado haber sido el testigo clave para la captura de Mario Núñez Meza, alias “El Mayito” o el “M-10”, y de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, ahora enfrenta la deportación de su esposa y, asegura, que de no dar más información a las autoridades federales estadounidenses, él será el próximo en ser expulsado del país, junto a los otros tres miembros de su familia, con el riesgo de ser asesinados en Ciudad Juárez.
Según las pruebas mostradas por el informante y corroboradas por los agentes de la Agencia Antidrogas (DEA) a cargo de su caso, “Alfonso” —el nombre adquirido como testigo protegido de Gobierno de EU— fue quien entregó el teléfono celular mediante el cual se pudo localizar a “El Chapo” Guzmán en Mazatlán, Sinaloa.
“Alfonso”, era hasta agosto pasado un conocido profesional de la salud operando en un hospital de Ciudad Juárez, donde atendía a los miembros del Cártel de Sinaloa heridos en el estado de Chihuahua. Sin embargo, decidió hacer lo que creyó correcto y entregar información sobre la localización exacta de “El Mayito”, supuesto lugarteniente Guzmán Loera, arrestado dos días después de la reunión del informante con oficiales de EU.
Ahora asegura que las autoridades estadounidenses le han dado la espalda y “Alfonso” espera la deportación de su esposa, retenida en un centro de procesamiento de ICE desde hace siete semanas. De ser deportada, relata “Alfonso”, toda su familia podría resultar asesinada en Ciudad Juárez.
“Alfonso” mantuvo durante 13 años relación con varios capos de la droga del Cártel de Sinaloa y del Cártel de Juárez que operaban en el estado de Chihuahua mediante una de sus familiares involucrada con uno de los capos. Esta relación le dio acceso directo a los celulares, ubicaciones y redes sociales de Mario Núñez Meza y de Emma Coronel, la actual esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Hasta finales de agosto pasado “Alfonso” era llamado a atender a los heridos del Cártel de Sinaloa en todo el estado e incluso le hicieron la oferta de trabajar en Hermosillo directamente con Guzmán, según relata.
“Yo empecé a tratar a los heridos en un hospital y como nunca se me murió ninguno me reconocían como un buen médico, por eso Emma Coronel me quería llevar a Hermosillo”, relata.
Sin embargo una confesión de Núñez Meza en 2013 encendió las alertas en “Alfonso” y éste decidió entregarlo a las autoridades estadounidenses, comenzando ahí una colaboración con las agencias federales de EU.
“En julio pasado me pidieron que fuera por el ‘M-10’ a Chihuahua y lo trajera a Ciudad Juárez. En el camino de regreso me confesó que venía a armar los ‘chingazos’ de nuevo, que se iba a poner la violencia otra vez fuerte porque quería retomar el control de Ciudad Juárez. Esto no me gustó, yo no quiero que Juárez se vuelva a poner violento y por eso me pareció que lo correcto era entregarlo, antes de que empezara el desmadre”, cuenta “Alfonso” desde un lugar en El Paso, Texas.
Fue entonces que llamó al número de denuncia anónima de la DEA en El Paso para ofrecer la información que llevara a capturar a Meza Núñez. De acuerdo a su versión, corroborada por la documentación en manos de la Agencia Antidrogas y estampada en su permiso migratorio, la primera reunión entre los agentes y “Alfonso” se dio el 18 de agosto en las instalaciones del Puente Libre alrededor de las 12:00 del mediodía.
“En esa reunión estuvo gente de la Interpol, del FBI y de la DEA. Les dije que ‘El Mayito’ estaba en un hotel, les di el teléfono que traía, porque así es como los encuentran, las placas de sus camionetas y todo”, dice el testigo protegido.
Díez días después, el 28 de agosto, Mario Núñez Meza fue arrestado por Agentes de la Policía Estatal Única de Chihuahua en el hotel Casagrande ubicado sobre la Panamericana, “gracias a una denuncia ciudadana y a trabajos de inteligencia” según describe el comunicado de prensa publicado en aquel momento.
Ese mismo día alrededor de las cuatro de la tarde “Alfonso” junto a los cuatro miembros de su familia cruzaron la frontera bajo la forma migratoria I-94 SPBP, entregada a los colaboradores o “soplones” de las autoridades estadounidenses.
La entrega de El Chapo
“Los agentes me pidieron que si tenía más información y les dije que si, que podía darles la información de cómo encontrar al Chapo”, relata “Alfonso”.
El médico afirma haber conocido a Angélica Ortiz Coronel prima de Emma Coronel, la ciudadana norteamericana casada con Guzmán Loera.
“Ella me dio los teléfonos de Emma Coronel, uno fijo y un celular, yo sabía que mediante ella podrían encontrar al Chapo y efectivamente así fue”, cuenta “Alfonso”.
El informante mostró a El Diario los mensajes de celular enviados al agente Muñoz con los teléfonos de contacto de la pareja del Chapo. Tras una llamada al celular del agente Daniel, encargado del caso, luego de que Muñoz se retirara hace unas semanas, se confirmó la versión de “Alfonso” respecto a la información entregada.
El agente especial dijo no poder hablar con el reportero, sin embargo, confirmó ser el agente a cargo de “Alfonso” como testigo protegido de la DEA.
De acuerdo a los mensajes de celular entregados y a los documentos en posesión del abogado de “Alfonso”, el 15 de enero se entregó la primera información para la captura de “El Chapo”. El 22 de ese mismo mes, “Alfonso” se reunió con los agentes especiales a cargo Saúl, Daniel y el supervisor de la DEA John W. Jewett en las instalaciones del Departamento de Justicia ubicadas sobre la calle Mesa Hills en el lado Oeste en El Paso, Texas, para hacer un reporte oficial sobre la información entregada.
Joaquín “El Chapo” Guzmán fue capturado el 22 de febrero pasado en un complejo de apartamentos en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, luego de que las autoridades rastrearan el teléfono celular de la pareja que lo acompañaba hasta antes de ser detenido por el Ejército Mexicano, de acuerdo a funcionarios del gobierno estadounidense que hablaron con la agencia de noticias Associated Press.
La recompensa
“Alfonso” afirma que el agente especial de inteligencia de la DEA “Joe” le confirmó la existencia de una recompensa millonaria por información que llevara a la captura de Guzmán. Sin embargo, cuenta, a cambio le dieron la detención de su esposa a manos de agentes de Inmigración y la sentencia de que si no ofrecía más información sobre los capos de la droga “no habría más dinero, más protección, ni más permiso para estar en los Estados Unidos”.
“Lo que ellos hicieron fue convertirme de un testigo protegido a un informante pero sin paga. Lo de la recompensa es pura mentira, nunca me dieron nada y yo lo único que pido es apoyo para sacar un permiso para trabajar aquí y mantener a mi familia”, dice el hombre.
No obstante, un agente de la DEA quien pidió no ser identificado afirmó en entrevista haber entregado más de 50 mil dólares en alrededor de siete meses a “Alfonso” por la información ofrecida.
“Si me han dado dinero para comer, para rentar un apartamento, pero a cambio de dejar mi trabajo en Juárez, de poner en riesgo a mi familia y de que ahora nos puedan deportar a todos, eso no vale 50 mil dólares que además son para sobrevivir cinco personas en Estados Unidos”, responde el testigo protegido.
De acuerdo a los registros de la Oficina de Inmigración (ICE), la esposa de “Alfonso” fue detenida el 26 de febrero pasado y desde entonces ha estado en espera de la resolución de su caso.
Actualmente se encuentra pidiendo el asilo político una vez que ayer se le realizó la entrevista de miedo creíble, según la misma dependencia.