El gobierno de Coahuila solicitó a Estados Unidos la extradición de tres presuntos narcotraficantes implicados en la masacre de Allende, Nava y Piedras Negras confirmó a apro Juan José Yáñez Arreola, subprocurador de Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas.
“Estamos solicitando a las autoridades estadunidenses poder entrevistar a Héctor Moreno Villanueva, Mario Alfonso Cuellar y José Luis Garza Gaytán sobre el caso de Allende”, puntualizó.
Además, dijo, los tres tienen órdenes de aprehensión por el presunto delito de secuestro y que deberán pagar las condenas en prisiones de México.
De acuerdo con el funcionario estatal, la solicitud de extradición ya fue entregada a la Procuraduría General de la República para que realice los trámites correspondientes.
Héctor Moreno y José Luis Garza Gaytán operaban el tráfico de drogas para Los Zetas desde el municipio de Allende, un pequeño poblado ubicado a 57 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos, y Mario Alfonso Cuellar era el segundo al mando en la plaza de Piedras Negras, a quien se le responsabiliza de traficar entre 800 y mil kilos de cocaína por esa ciudad fronteriza.
Los tres son testigos protegidos de Estados Unidos y colaboran con los fiscales en el juicio que se le sigue en Austin, Texas, a José Treviño Morales, hermano de Miguel Ángel, Z40, por lavar dinero de la organización criminal en la compra de caballos de carreras.
En el pequeño poblado de Allende, Nava y Piedras Negras sucedió lo que ahora se considera la peor masacre del México contemporáneo. Alrededor de 400 personas fueron ejecutadas por la supuesta traición de Moreno, Garza y Cuellar al Z40.
Todo inició el 18 de marzo de 2011. En la tarde arribaron al poblado unas 40 camionetas con sicarios. Un grupo cerró los accesos por carretera y otro se dirigió a 10 residencias de las familias Moreno Villanueva y Garza Gaytán. Ese día se llevaron a 80 personas, entre mujeres, ancianos y niños.
De familias adineradas, Héctor Moreno y José Luis Garza salieron de Allende para estudiar en escuelas privadas de Monterrey, Nuevo León, pero a su regreso ingresaros a las filas del narcotráfico. Operaron con la organización criminal desde 2007, pasando 800 kilos de cocaína por mes a Estados Unidos, a través de una de las empresas de trasporte de carga propiedad de la familia Moreno Villanueva.
El trasiego de droga generaba una ganancia promedio de cinco millones de dólares mensuales que eran enviados a Nuevo Laredo, Tamaulipas, al líder zeta Miguel Ángel Treviño Morales.
Héctor Moreno también lavaba parte de ese dinero en la compra caballos de carreras Cuarto de Milla para Z40 y anotaba las transacciones en un libro de contabilidad.
En febrero de 2011, Moreno y Garza huyeron con poco menos de 5 millones de dólares e informaron a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) sobre el trasiego de estupefacientes.
Miguel Ángel Treviño les advirtió que si no regresaban el dinero y el libro de contabilidad matarían a todos sus familiares y amigos. Los capos desoyeron las amenazas y se entregaron a las autoridades de Estados Unidos.
Z40 cumplió sus amenazas y durante más de un mes envió a Allende a decenas de sicarios para secuestrar a todos los habitantes que tuvieran los apellidos Garza Gaytán y Moreno Villanueva, pero también se llevaron a empleados domésticos e incluso en una ocasión convocaron a todos los albañiles que construyeron las lujosas viviendas de esas familias y también los desaparecieron.
Días después los sicarios regresaron con trascabos y maquinaria pesada y tiraron las paredes y techos de 50 casas en busca del dinero y el libro de contabilidad robados.
Luego de balacear y quemar parcialmente las viviendas, dejaron que los pobladores las saquearan. Estos se llevaron muebles, puertas, ventanas e incluso las llaves y tuberías de los baños.
Héctor Moreno contó parte de lo anterior cuando testificó como testigo protegido en el juicio que se le siguió en Austin, Texas, a Héctor Treviño Morales.
Para desaparecer a los más de 400 integrantes de las familias secuestradas, los delincuentes utilizaron al menos tres “narco cocinas”, una de las cuales se halló en un rancho que Los Zetas incautaron a Luis Garza Gaytán, ubicado en las inmediaciones del kilómetro siete de la carretera Allende-Villa Unión.