Los cárteles mexicanos de la droga se han convertido en el mejor ejemplo de “la insurgencia criminal del siglo XXI” que ha puesto en jaque al Estado con sus acciones de “violencia, corrupción y bandolerismo extremo” y amenazan con arrastrar al país hacia “una virtual forma de guerra civil”, señala un diagnóstico elaborado por especialistas del Centro para una Nueva Seguridad en Estados Unidos (CNAS, en inglés).
El documento establece que las relaciones criminales entre los cárteles y las pandillas han dejado de ser un problema sencillo de seguridad local para transformarse en una forma de “metástasis” que se ha extendido por el hemisferio en forma de “insurgencia criminal”.
“Estas redes amenazan a los gobiernos y sociedades civiles del hemisferio occidental, y cada vez más a Estados Unidos”, dice el reporte Guerras criminales: Pandillas, cárteles y la seguridad nacional estadounidense.
El informe no duda en identificar a México —“un país que hoy lucha por su propia vida contra una insurgencia criminal extendida”—, como el país más importante del hemisferio para la seguridad de EU.
“Hoy los cárteles de la droga mexicanos dominan las redes criminales en el hemisferio. Han adquirido una amplia influencia internacional y sus luchas de poder [entre los propios cárteles y contra el gobierno] han convertido a los civiles en víctimas inocentes y amenazado la estabilidad política de la nación”, apunta el informe.
“Los cárteles mexicanos han hecho uso de operaciones sicológicas, fomentado protestas antigubernamentales, atacado a la policía y a las fuerzas armadas bajo el mismo estilo de una infantería; asesinando a políticos y policías; desmembrando y decapitado a sus víctimas para amplificar de forma estratégica el impacto y han corrompido a la clase política, a la policía y a los militares en todos los niveles del gobierno”.
Los especialistas señalan que la amenaza de los cárteles supone una forma de insurrección y definen a la insurgencia como “un intento de debilitar o impedir las funciones de un gobierno, lo cual describe las actividades de las FARC en Colombia, los cárteles mexicanos y algunas redes transnacionales”.