En México operan 12 grupos del crimen organizado, ante el surgimiento de tres nuevas agrupaciones delictivas regionales que fueron afianzando su poder, identificadas por el Gobierno Federal como el cártel del Poniente, La Corona y Los Rojos, que se disputan territorios con los cárteles ya establecidos en el país, de acuerdo con la más reciente radiografía elaborada por las dependencias de seguridad y procuración de justicia.
En el último año las operaciones de inteligencia han sido dirigidas a objetivos clave de los cárteles de Los Zetas, Poniente, Pacífico, Golfo, Jalisco Nueva Generación, Juárez, La Familia, Arellano Félix, Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios y las organizaciones de La Corona y Los Rojos. Todos, sin excepción, han sufrido bajas en sus estructuras de mando.
El Cártel del Poniente opera en la región de la Comarca Lagunera y en Torreón, Coahuila, así como en otras zonas de Durango. Se fue consolidando, a partir de finales de 2011, como un grupo que para ganar plazas se enfrentó a células de los cárteles de Los Zetas y del Pacífico, de Joaquín El Chapo Guzmán.
A lo largo de 2012 se afianzó en esta región y a sus líderes se les atribuye, por ejemplo, el secuestro de integrantes del diario El Siglo de Torreón, para impedir que los medios dieran cuenta de sus operaciones de narcotráfico, plagios y extorsiones.
Información local da cuenta de que los bares y centros nocturnos son controlados por el grupo.
En lugar de corrido el cártel tienen un rap que se difunde desde febrero de 2012, el cual advierte que “con armamento pesado vamos avanzando y con los contra acabando, y todo el Poniente ya se está levantando”. Otros de los estribillos aseguran: “Aquí se vende droga fina, no nos conformamos con harina (…) tenemos un batallón para hacer un Armagedón (…) Hacemos un buen trabajo, protegiendo al barrio, con el fierro preparado”.
Pero entre marzo y abril de 2013 las fuerzas federales aprehendieron a 17 de sus principales integrantes, con lo que se disminuyó su poder, ante la captura de presuntos líderes como Daniel García Ávila, “El Danny”, la operadora Aurora Rodríguez Montoya, o el jefe de plaza en la región de la Laguna, Jacobo Zúñiga Ovalle, que tenía el liderazgo junto con su hermano Gabriel Zúñiga, entre otros, revela el informe federal.
En noviembre de 2010, en Jalisco hizo su aparición La Corona o los Herederos de la Corona, con un crimen que se adjudicó en una manta. El grupo se integró por hombres que trabajaron para el Cártel de Sinaloa, en la célula que lideraba Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal, quien fue abatido el 29 de julio de ese mismo año.
Medios locales dan cuenta de su presencia en la entidad, como escisión del cártel Jalisco Nueva Generación. A partir de abril de 2012, para disputarse territorios como Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga, tejió una alianza con Los Caballeros Templarios, que mediante este acuerdo comenzaron a incursionar en el estado.
Esta organización fue detenida en enero pasado, en Culiacán, Sinaloa, el presunto jefe de plaza de Jalisco, José Ángel Carrasco Coronel, “El Changel”, quien se encuentra bajo proceso penal.
La organización de Los Rojos, a la cual las autoridades militares han dado ya la clasificación de cártel, surgió en 2011 y poco a poco ha ido ganando más poder, al punto de disputarse zonas de los estados de México, Morelos y Guerrero con organizaciones más fuertes.
Los integrantes de Los Rojos trabajan para Arturo Beltrán Leyva, pero al ser abatido en diciembre de 2009 aceptaron como líder a Edgar Valdez, ”La Barbie”, con quien colaboraron hasta su detención en agosto de 2010. Parte de sus hombres crearon su propia organización para pugnar por plazas, lo que desató una ola de violencia en Morelos.
Las rencillas de sus líderes con bandas como Guerreros Unidos provocaron que en diciembre de 2012 pistoleros de este grupo atentaran contra el presunto cabecilla de Los Rojos, Crisóforo Rogelio Maldonado Jiménez, “El Bocinas”, asesinado un día después en el interior del Hospital Médica Sur, en la Ciudad de México. El hombre que quedó en su lugar, Antonio Eli Miranda Román, “La Moña”, fue ultimado por sus antagónicos en abril pasado en Tequesquitengo.
El cártel de Los Zetas es la organización más afectada por los embates de las fuerzas federales, con la detención de 24 líderes, jefes de plaza y contadores. Además, cuatro fueron abatidos en enfrentamientos, en acciones en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, San Luis Potosí y Veracruz, sus principales plazas de operación.
La relación de “objetivos relevantes” destaca entre los detenidos en el último año al líder Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”; Alfonso Zamudio Quijada, “El Samurai”, ex policía preventivo en Tamaulipas y presunto jefe de contadores y auditor de finanzas del cártel; Martín Javier Martínez Espinoza, “El Abuelo”, operador regional en Coahuila y Tamaulipas, que ocupó el lugar del jefe Heriberto Lazcano.