En los últimos 20 días, esta entidad ha registrado una espiral de violencia con el hallazgo de dos cementerios clandestinos en la Cuenca del Papaloapan, balaceras entre Zetas y fuerzas policíacas y federales en los municipios de Tecolutla, Orizaba y el Puerto de Veracruz, y una racha de secuestros en Boca del Río, Xalapa y en el corredor industrial, Córdoba-Orizaba.
Los delitos del fuero común también han estado a la orden del día: asaltos a camiones de pasajeros en carreteras del sur de la entidad y balaceras y atracos a centros comerciales a plena luz del día en la zona norte de la entidad.
A tal punto llega ya la exasperación de la población que en el caso particular de esta ciudad operan grupos autodenominados “vecino vigilante”.
La crisis de seguridad no parece inquietar al gobierno de Javier Duarte que hasta se da el lujo de negar el hallazgo de una nueva narcofosa en la congregación, Paraíso Novillero, del municipio de Cosamaloapan, de la que fueron exhumados ocho cuerpos.
“Es un rollo, un montón de rumores. Se traen un rollo ahí con el tema, es el rumor lógico que se genera en este y en muchas otras cosas“, declaró el fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, el pasado fin de semana.
Sin embargo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya tomó cartas en el asunto.
Secuestro de alto nivel
El pasado viernes 4 un comando irrumpió en el fraccionamiento Costa de Oro y secuestró al menor Rafael De Diego Nieto, sobrino de una de las familias más acaudaladas de Boca del Río, y a su nana, Gabriela Mixtega Alemán.
Este lunes, el niño de 7 años y la nana fueron rescatados luego de un operativo en el que participaron elementos de las policías federal y estatal. Hasta ahora, no se ha informado si se pagó rescate y si hay detenidos.
En esta ciudad, en los municipios norteños de Tantoyuca, Álamo, Panuco, en Cosamaloapan y en la zona centro, que comprende Córdoba-Orizaba, no cesa tampoco la ola de secuestros y “levantones”. En algunos casos, células delincuenciales solicitan el pago de un cuantioso “rescate”, en otros, el delito sólo queda como “desaparición forzada”.
Vuelven las balaceras
En las últimas 72 horas, las principales ciudades de la entidad han sido escenario de cruentas balaceras; el sábado, a la altura del módulo del DIF Municipal, conocido como “Lavaderos”, en el puerto de Veracruz, seis presuntos delincuentes fueron abatidos en enfrentamiento con las fuerzas armadas.
El intercambio de fuego orilló a vecinos y comerciantes a cerrar negocios y refugiarse en sus domicilios. Los elementos navales repelieron la agresión a la altura de la avenida Veracruz. El ruido de detonaciones y el patrullaje aéreo que efectuaron helicópteros de fuerzas policíacas estatales derivó en crisis nerviosas en los ciudadanos.
Ni la Procuraduría General de Justicia (PGJ), ni la SSP dieron cuenta de los hechos.
Ese mismo sábado, tres presuntos “Zetas” fueron abatidos en Orizaba, esto luego de enfrentarse con elementos de la SSP, según un comunicado, los presuntos delincuentes viajaban a bordo de una camioneta color roja en las calles de Norte 28 y Oriente 7.
“Elementos estatales le marcaron el alto a los hombres que viajaban en la camioneta, sin embargo, en lugar de detenerse, los presuntos delincuentes abrieron fuego contra las fuerzas del orden, por tal motivo, el grupo de Seguridad Pública repelió la agresión, dando como resultado tres personas muertas, todos tripulantes de la camioneta”.
En el lugar de los hechos fueron aseguradas tres armas largas, dos cortas y cartuchos útiles.
El viernes pasado en Tecolutla, cuatro presuntos integrantes de Los Zetas fueron abatidos. El incidente ocurrió cuando las patrullas SP-1884 y SP-2298 le marcaron el alto a una camioneta Chevrolet Trax gris 2014, con placas Yge-7898. Sus ocupantes trataron de huir de las fuerzas del orden, pero al verse acorralados abrieron fuego en contra de los policías estatales.
En el tiroteo, los cuatro presuntos criminales fueron abatidos. La SSP dio a conocer que entre los ocupantes de la Chevrolet Trax viajaba el jefe de plaza del citado grupo criminal en esta región costera, a quien sólo identificaron con el sobrenombre de El Popeye.
Narcofosa invisible
El gobierno de Duarte no ha querido reconocer que elementos de la PGJE inhumaron al menos ocho cadáveres el pasado jueves en la localidad de Paraíso Novillero. Dicho sitio se encuentra en el kilómetro 20 de la carretera 175 en el tramo Cosamaloapan-Tuxtepec, justo a 15 kilómetros de la cabecera municipal. En el lugar, también fue encontrada una patrulla “clonada” de la SSP.
“Los cráneos que fueron extraídos presentaban orificios de entrada y salida de bala y otros estaban totalmente fracturados por golpes, se presume, con objetos contundentes como bate o tubo”, dijeron empleados del Semefo, quienes solicitaron el anonimato.
Apenas el 17 de junio pasado, elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México descubrieron en el rancho “El Diamante”, ubicado en el municipio de Tres Valles, 12 fosas clandestinas.
En el interior de este cementerio clandestino se encontraron 31 cadáveres, varios de ellos decapitados o cercenados en sus extremidades. Luego del hallazgo, el gobierno de Javier Duarte se tardó tres días en reaccionar y reconocer los hechos.
Dicho hallazgo fue confirmado por el hoy exsubprocurador de la Zona Sur, Arturo Herrera quien por haberlo hecho fue despedido por el gobierno de Duarte. Herrera no quiso dar más detalles de dónde surgió la orden: “Si sigo hablando capaz me corren hasta del estado”.
Por el cementerio clandestino no reconocido, la CNDH inició una investigación, donde reportó a distintos consulados de países centroamericanos para que participen en la identificación de los cadáveres. El presidente de dicho organismo, Raúl Plascencia Villanueva ordenó una investigación con motivo del hallazgo los días 16 y 17 de junio, así como 2 de julio del año en curso de restos humanos.
Mediante un comunicado se informó que un grupo de visitadores adjuntos se trasladaron a esa localidad –Cosamaloapan y Tres Valles- a fin de recabar evidencias para la integración del expediente.
“Me tocó bailar con la más fea”
Este lunes, mientras desayunaba con empresarios de todo el estado, para conmemorar la “Semana del Emprendedor”, Javier Duarte admitió que le “tocó bailar con la más fea”, por el flagelo de la inseguridad y la difícil crisis financiera que afecta a la entidad.
“Me tocó –dijo- gobernar en una de la situaciones más complejas y difíciles. No estábamos preparados para este complejo escenario que se tenía, con grandes desastres naturales por huracanes, el flagelo de la inseguridad como en el resto del país”, expuso.
Duarte se puso como reto, respaldar a todas las regiones del norte, sur y centro; sin embargo, deslindó la creación del empleo, para el sector empresarial: “Los que tienen que crear empleos, son ustedes”, dijo.